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Tras haber obtenido, al final de la fase anterior, un documento único de propuestas -que son la parte fundamental y más visible de cada plan-, en esta nueva fase se celebran reuniones para integrar en un documento final consensuado todo lo generado en las etapas previas: un diagnóstico único, unas demandas prioritarias y las medidas para afrontarlas. Además de las demandas prioritarias, el documento final también puede recoger otras demandas que se consideren importantes, aunque no prioritarias en ese momento.

Documento final del plan

Formalmente, el documento final del plan consta de dos partes:

• Un breve diagnóstico previo, en forma de análisis DAFO, que resume los aspectos más debatidos en los análisis de las situaciones de cada territorio (distrito, barrio...).
• El conjunto de medidas a desarrollar con el plan, que están consensuadas entre el Ayuntamiento de Madrid (Áreas de Gobierno y Junta Municipal) y el movimiento vecinal (FRAVM y asociaciones vecinales del distrito).

Esta fase culmina con la firma del protocolo de intenciones para el impulso y desarrollo del plan entre el alcalde de Madrid y el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).

Lanzamiento del plan

Los planes participados de inversión giran en torno a dos núcleos. Por un lado, un proceso participativo; por otro, un proceso técnico-administrativo.

Aunque coexisten ambos procesos en todas las fases de los planes, en el lanzamiento del plan predomina, casi de forma casi exclusiva, el proceso técnico-administrativo: programación presupuestaria de las medidas a lo largo de la vigencia del plan, encaje de las medidas en los planes operativos de las diversas Direcciones Generales del Ayuntamiento, búsqueda de ubicaciones para los equipamientos demandados, concursos de proyectos, adjudicaciones, periodos de información pública, ejecución propiamente dicha de las medidas...

Los planes participados de inversión, como su propia denominación indica, resaltan el concepto de inversión, con una significación muy concreta: la creación de recursos productivos para obtener un resultado superior, a través de unos diseños de programas de actuaciones integrados e integradores. No se trata de una mera agregación de recursos para la satisfacción de necesidades puntuales.

Para los territorios objeto de los planes, son oportunidades para acometer actuaciones que requieren recursos extraordinarios, ya que los planes no se definen a partir de cifras cerradas, sino que sus presupuestos se establecen mediante la suma de los presupuestos de las medidas acordadas, articulando políticas y actuaciones de diversa índole dirigidas a corregir o, cuanto menos, a atenuar las situaciones de desequilibrio socio-económico, urbanístico y dotacional de los diferentes ámbitos territoriales en relación con el resto de la ciudad..

No obstante, el proceso técnico-administrativo debe generar una funcionalidad de las inversiones que permita abordar de forma eficaz los problemas o déficit que los diagnósticos de cada zona han señalado como prioritarios, de forma que posibiliten situaciones, actividades y programas que irradien más allá de las zonas de intervención.