Resumen de las conferencias

El marco urbano. La Villa de Madrid a caballo de dos centurias

La participación de la Villa en el alzamiento de las Comunidades de Castilla no puede entenderse al margen de su singular desarrollo urbano desde los últimos Trastámaras, especialmente desde el reinado de Juan II. De este modo la conferencia analizará las transformaciones del Alcázar como residencia regia, la consolidación de una discreta oligarquía urbana, el papel desarrollado en la guerra civil de 1475 y su evolución posterior durante el reinado de los Reyes Católicos. 

Las Comunidades de Castilla en Madrid. El contexto histórico

El siglo XIX fue el responsable de la mitificación de las Comunidades de Castilla como la última oportunidad de las ciudades castellanas frente al autoritarismo del poder regio. Esta mitificación, cuestionada en los trabajos de grandes historiadores como José Antonio Maraval y Joseph Pérez, debe ponerse en relación con el marco histórico y geográfico de un siglo complejo y dinámico a la vez. 

El Alcázar de Madrid: el bastión del Rey

El desaparecido Alcázar, borrado del plano de Madrid por el desgraciado incendio de la Nochebuena de 1734, fue desde sus inicios una fortaleza. Su transformación como residencia áulica, ya desde el reinado de Pedro I y sobre todo durante el gobierno de los reyes de la casa de Trastámara, mantuvo su función de gran fortificación, como lo evidencian la guerra civil de 1475 y la revuelta de las Comunidades de Castilla. Solo dos décadas después de la batalla de Villalar, Carlos I transformaría para siempre ese Alcazar para crear la gran residencia regia de todo el reino, el Alcázar de los Austrias.

Los protagonistas de las Comunidades en Madrid

La Villa entra formalmente en la revuelta con la destitución del corregidor Antonio de Astudillo. Esa destitución obliga a revisar cuáles fueron los protagonistas del alzamiento, partiendo de la reconstrucción del Concejo comunero de la villa (constitución y componentes; alcalde, justicia, regidores, procuradores en la Junta Santa, diputados de las parroquias, etc.). Con esos mimbres, se repasa el papel activo del alcalde mayor Gregorio del Castillo y el procurador general Juan Negrete, el alcaide Francisco de Vargas y María de Lago, la estirpe de los Zapata, Juan Arias Dávila y Pedro de Sotomayor, los protagonistas de la Revuelta en la Villa.

 

La Reina Juana, Madrid y las Comunidades de Castilla

Juana de Castilla, cuya relación con la villa de Madrid comenzó en la corte itinerante de sus padres, volvió a la villa como Archiduquesa y Princesa en 1502-3.  Durante más que un mes que incluía la Semana Santa en 1502, Juana se alojó en el bello Castillo (o Alcázar) de Madrid, hoy desaparecido, junto a su esposo, el Archiduque Felipe, cuando éste lograba resistir la tentación de salir a la caza dos leguas de la ciudad, y mientras que las Cortes se gestasen en Toledo. Jurada heredera de su madre, Juana volvió a Madrid en octubre, y, nuevamente, de diciembre a enero de 1503. La Princesa permaneció en Madrid cuando Felipe I partió apresuradamente a Flandes por territorio enemigo. A diferencia de Felipe, la Princesa visitó Rejas en sendas ocasiones, así como Alcalá, donde se instaló para el nacimiento de su cuatro hijo y segundo varón, el infante Fernando, el 10 de marzo de 1503.  Después de otros dos viajes por mar, la reina aceptó instalarse en Tordesillas a cambio de ciertas condiciones, confirmadas en 1510 por las Cortes de Madrid en presencia de los embajadores respectivos: su padre, Fernando, gobernaría en su nombre hasta la mayoría de edad de otro extranjero, su hijo Carlos. Diez años después, el levantamiento Comunero incidió nuevamente en las condiciones para la transición dinástica, en que la Reina mantuvo su posición de forma decisiva.

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