Ayudas a jóvenes en riesgo de exclusión social
- Los proyectos se aplicarán de forma personalizada con un seguimiento individualizado de cada caso
- El plan comenzará el primero de abril para jóvenes de entre 12 y 21 años
- 44 profesionales se desplazarán al domicilio familiar y a los lugares donde los jóvenes hagan su vida cotidiana
La Junta de Gobierno ha autorizado destinar en los próximos tres años 5.144.434 euros para el contrato administrativo del programa de Apoyo Socioeducativo y Prelaboral a Adolescentes (ASPA). Este programa está dirigido a adolescentes y jóvenes de 12 a 21 años cuyas circunstancias personales y familiares hacen que se encuentren en desventaja social.
El Ayuntamiento de Madrid pretende ofrecer la atención social, educativa y psicológica que compense dichas desventajas, para lo que contará con 44 profesionales, educadores, psicólogos, trabajadores sociales y técnicos de integración social, que llevarán a cabo su trabajo desde la cercanía y la proximidad a los usuarios, desplazándose al domicilio familiar y a los lugares donde los jóvenes hagan su vida cotidiana, aunque también dispondrá de cuatro centros de atención en la capital.
El programa, que comenzará el primero de abril de 2010, desarrollará tres proyectos. El primero es de apoyo socioeducativo, dirigido a aquellos adolescentes en situación de desprotección social y a sus familias, atendiendo las consecuencias que tienen en los hijos los problemas de salud, alcoholismo, dependencia de otras drogas o carencia de habilidades educativas de los padres.
El segundo pretende prevenir la violencia. Está dirigido a evitar que los adolescentes, de forma individual o a través de su integración en grupos organizados, protagonicen actos de violencia hacia otros adolescentes, sus padres u otros miembros de la sociedad.
El último trata del apoyo prelaboral dirigido a adolescentes de 16 a 21 años cuyas circunstancias personales y sociales les dificultan el acceso a un trabajo normalizado por escolarización insuficiente, absentismo o abandono escolar, baja autoestima y escasa tolerancia a la frustración. Estos factores influyen en que los recursos existentes para la inserción laboral no den los resultados deseados con el perfil de estos jóvenes, ya que necesitan un apoyo y un seguimiento individualizado y tutorizado que se llevará a cabo mediante el diseño de un itinerario personalizado que se extenderá, incluso, después de su incorporación a un empleo.