6. La Constitución gaditana en el ámbito de la vida teatral
En un contexto general de empobrecimiento del país a consecuencia, entre otras, de la Guerra contra el ejército francés, los espectáculos teatrales eran una fuente de distracción habitual, pero en estos años y en un Cádiz en plena efervescencia política «los intereses de los partidos impulsan la creación literaria, y concretamente la dramática, porque pervive la mentalidad neoclásica de la utilidad del teatro como medio para dirigir la opinión pública» (Freire, 1992, p 28). Siguiendo a esta autora, fueron varios los caminos utilizados para la consecución de este fin. Se reponían obras patrióticas del teatro antiguo español, o se adaptaban dramas extranjeros donde se exaltaba la libertad. Este es el caso de la obra que se expone, Roma libre, versión castellana debida a Antonio Saviñón del drama Bruto primo, de Vittorio Alfieri, que se estrenó precisamente en el teatro de Cádiz el día 26 de junio de 1812 «en ocasión de celebrar los profesores cómicos la publicación de la nueva Constitución de la Monarquía Española» según reza una nota en la portada de esta edición de 1812. El ejemplar conservado en la Biblioteca Histórica perteneció a Miguel de Llano y fue donado entre otras muchas obras dramáticas por Eugenio de Hartzenbusch el 12 de junio de 1897, según consta en la dedicatoria en una de las primeras guardas del libro.
Un subgénero más abundante fue el que se escribió expresamente sobre sucesos concretos, victorias importantes sobre el enemigo, etc. donde se acentuaba el carácter patriótico, la Biblioteca Histórica Municipal guarda entre su Colección de Teatro y Música muchas de estas piezas como «La batalla de Arapiles o la derrota de Marmont» con libreto y música, o las obras de Francisco Martínez de la Rosa, «¡Lo que puede un empleo!», comedia en dos actos estrenada en el teatro de Cádiz el 5 de julio de 1812 y la tragedia La viuda de Padilla. Todas estas obras se representaron en los teatros madrileños de la Cruz y Príncipe en 1813, tras la salida definitiva del ejército invasor.
Otras de estas piezas dramáticas ofrecen una visión satírica de las dificultades que tenía el pueblo para entender el verdadero sentido de la Constitución, es el caso de la obrita en un acto llamada «Pitipieza jocosa en prosa sobre la palabra Constitución y su significado» del prolífico dramaturgo Gaspar Zavala y Zamora. En un salón del ayuntamiento de cualquier pueblo, se ejecuta el mandato de celebrar con solemnidad la Constitución, se hallan presentes: el alcalde, los principales vecinos del lugar, regidores y un escribano, que se expresan de este modo:
«Alcalde: Alguacil, date una vuelta y reconoce si falta alguna persona de fundamento...
Alcalde.: ... es pues el caso que dende Madrid me dicen los que manejan aquel fregao que en esta villa se celebre con función de Iglesia, con iluminación, cohetes y repique de campanas la publicación de la Constitución Española ... lo que no podemos atinar por más que nos descornamos es lo que diantre senifica la palabrica Constitución ...
Pedro: ¿Sr. Alcalde hablo yo?
Alcalde: Hable Usted
Pedro: Que sea su merced tan bestia que no haya reconocío que eso está tergiversao y mal traducío y que querra decir Consunción.
Alcalde: Tiene Usted razón, tío Pedro, tiene Usted una gran cabeza y es lástima que viva ignorado del mundo y metido, como suele decirse en una cuba... ¡Qué animalada! Consunción ¿Hombre, sabe Usted lo que quiere decir Consunción?...
Tío Juncia: Señor, yo digo que eso es preciso que sea yerro de imprenta, y que a donde dice Constritución deberá leerse Contribución.
Alcalde: Señor Juncia, lo ha hecho Usted como un condenado. Venga Usted acá, pobre hombre. ¿No considera, que si pidieran otra nueva contribución, no vendría con la coleta de que hubiera luminaciones, cohetes, función de Iglesia y repique de campana?...»
Una composición de Ramón Carnicer, Himno en celebridad de la publicación de la Constitución de 1812 para cantarse en los Teatros de esta Corte, con motivo de la celebración del aniversario de la proclamación de la Constitución en 1836, completa la vitrina.