Gerardo Rueda (1926-1996)
La escultura de Gerardo Rueda, Volúmen-Relieve-Arquitectura, está situada en la segunda terraza del Museo, dispuesta a manera de friso entre dos escalinatas. En este gran mural de casi diez metros de longitud, el artista traslada al granito su experiencia en el campo del relieve. Su precedente más inmediato son las esculturas en hierro cromado que realiza a principios de los años setenta. Como siempre, Gerardo Rueda plantea en esta obra una ordenación racional de la superficie mediante una composición pulcra, sobria y equilibrada dentro de la más pura tradición cubista y constructivista.
El escultor llega al límite en la simplificación y estructuración del espacio, reduciendo al máximo los elementos decorativos. Articula una serie de formas geométricas muy sencillas, una sucesión de estelas rectangulares de las que surgen pequeños cubos. Las formas están situadas en diferentes planos, a base de desplazamientos muy leves que dotan de ritmo a la composición, crean una acentuada sensación de volumen y un sutil juego de luces y sombras.
En el diseño de este mural, Rueda tuvo en mente los elementos arquitectónicos y los materiales del Museo, de tal manera que no sólo está concebida como una tribuna decorativa para el móvil de Sempere, sino que, además, está en relación por su colorido y formas con las escaleras, el pavimento y los pilares del puente que le sirven de fondo.
Esta obra es un preludio de la orientación que tomará la obra de Rueda en los años ochenta, especialmente en la serie de collages en maderas grises, y de su creciente interés por la aplicación de las artes a los espacios arquitectónicos.
Gerardo Rueda es uno de los más genuinos representantes de la corriente del arte abstracto que se conoce como "abstracción lírica". Su obra, de una consistencia, sensibilidad y coherencia poco frecuentes, ha sido un ejemplo a seguir para muchos artistas de las nuevas generaciones.
Nació en Madrid en 1926, en donde cursó los estudios de Derecho. Artista de formación autodidacta, se inició en la pintura hacia 1942 con la realización de una serie de paisajes de pequeño formato de estilo impresionista. En los paisajes de esta primera época, de una figuración simple, ya se advierte la influencia de la pintura cubista en la ordenación de los volúmenes, así como un equilibrio y claridad en la composición y un exquisito sentido del color, que van a ser una constante en toda su obra.
Su primera exposición tuvo lugar en la Galería de la Revista de Occidente de Madrid, en 1949.
Muy pronto, a partir de 1955, su obra evolucionó hacia la abstracción, decantándose hacia la tendencia constructivista. En las obras de estos años se advierte la gran admiración que sintió el artista por el pintor Nicolás de Staël. A partir de los años sesenta empezó a realizar una serie de cuadros monocromos con manchas leves, en los cuales planteaba sutiles juegos de composición y relieve, que están en relación con el movimiento espacialista europeo. Más adelante, sus obras se va haciendo cada vez más geométricas, hasta alcanzar un estilo muy personal.
Desde 1963 Gerardo Rueda y Gustavo Torner colaboraron en la instalación del Museo de Arte Abstracto Español, ubicado en las Casas Colgadas de Cuenca, que Fernando Zóbel inauguró con su colección privada en 1966. A estos tres artistas les unirá no sólo una gran amistad, sino también una misma sensibilidad que les llevará a desarrollar una obra en la que se pueden identificar muchas ideas comunes.
Gerardo Rueda es conocido sobre todo por sus collages, que empezó a realizar a partir de 1953 y que le convierten en uno de los más dignos continuadores de la obra de artistas como Braque o Juan Gris. Estas composiciones son para Rueda un campo de experimentación, ya que a partir de esta técnica estructura casi todas sus obras. Precisamente, el interés del autor por la escultura deriva de la aplicación del relieve a sus pinturas en estructura de madera y a sus collages.
También es muy destacada su labor como grabador. La técnica más empleada por Gerardo Rueda es la serigrafía, que recibió un gran impulso por parte de los creadores del Museo de Cuenca. En 1993 se editó el catálogo completo de su obra gráfica.
Además de su actividad como pintor, escultor y grabador, Gerardo Rueda se ha dedicado a otras actividades artísticas como la de diseñador de espacios interiores en proyectos como la remodelación de varias salas del Museo de Santa Cruz de Toledo (1986).También ha realizado importantes obras para edificios públicos. Gerardo Rueda falleció en 1996.