Mantenimiento de las instalaciones de recarga
Los cargadores de vehículos eléctricos de uso privado tienen, a nivel general, un mantenimiento mínimo. Los propios instaladores deberán entregar al usuario las instrucciones con las tareas de mantenimiento necesarias. Sin embargo, los cargadores de alta potencia en vía pública sí exigen un mayor mantenimiento por parte de sus operadores.
Mantenimiento preventivo
El grado de protección de los cargadores determinará su mayor o menor probabilidad de fallo frente a agentes externos como agua y polvo, principales enemigos de los equipos eléctricos. Se recomienda adquirir cargadores con un grado de protección mínimo de IP54 e IK08, resistente al agua y al polvo para una instalación segura en interiores y exteriores, así como resistentes a impactos. Además si el cargador se encuentra localizado dentro del área de potencial impacto de un vehículo es recomendable instalar elementos protectores de tope para evitar colisiones.
Mantenimiento correctivo
En caso de avería, el usuario tiene distintas opciones en función del periodo de garantía y los servicios de mantenimiento contratados. Se deberá acudir al fabricante (directamente o a partir de sus distribuidores) para la subsanación de la avería. En caso de accidente y/o vandalismo se pueden requerir tareas especiales de mantenimientos correctivo dado que requieren la sustitución o reemplazo total de algunos de los componentes.
Actualizaciones del firmware y el software
Una gran parte de los problemas relacionados con los cargadores se deben al software de red y al firmware lo que exige un mayor esfuerzo de mantenimiento. Las actualizaciones periódicas de estos elementos son esenciales para maximizar la disponibilidad del cargador y su correcto funcionamiento. En su mayoría, los cargadores cuentan con conexión wifi que posibilita las actualizaciones remotas, así como la comunicación con dispositivos móviles.