Formación de mujeres gitanas para trabajar de mediadoras
- En el Gallinero trabajan diferentes agentes, públicos y privados, profesionales y voluntarios, pero es necesario que se unan a ellos personas de la propia comunidad rumana que aporten las claves culturales e idiomáticas para facilitar su inclusión social
- En este asentamiento hay alrededor de 86 chabolas ocupadas por 72 familias, según datos del IRIS
Dos momentos del encuentro mantenido por la delegada de Familia, Servicios Sociales y Participación Ciudadana, Lola Navarro, con alumnas y formadores del curso para mediadoras sociales.
Que personas de la misma etnia y lengua trabajen para mediar y normalizar el proyecto de atención social. Esta es la iniciativa del Área de Familia, Servicios Sociales y Participación Ciudadana, que está llevando a cabo mediante un curso de Formación y Promoción Laboral de Mediadoras Gitanas para trabajar con la población de El Gallinero. La delegada del Área, Lola Navarro, ha visitado esta mañana el centro donde se imparte el curso, a cargo de la Asociación Barró, con la idea de trabajar dentro de este asentamiento, en particular, y con la población gitana rumana en general.
En el Gallinero trabajan diferentes agentes, públicos y privados, profesionales y voluntarios, pero es necesario que se unan a ellos personas de la propia comunidad rumana que aporten las claves culturales e idiomáticas para facilitar su inclusión social.
Los objetivos del curso son la promoción sanitaria, educativa, laboral, la promoción de la igualdad de género, la convivencia vecinal y la prevención de la violencia de género. En este sentido, las futuras mediadoras tendrán que favorecer la escolarización plena de los niños gitanos de la zona y abordar el absentismo; promover estilos de vida saludables y un uso racional del sistema sanitario; colaborar en la convivencia pacífica entre los vecinos; transmitir cambios de patrones culturales para conseguir una mayor igualdad de género y prevenir situaciones de violencia doméstica; y profundizar en las posibilidades de los oficios tradicionales gitanos y adecuarlos para que se puedan realizar de forma normalizada y dentro de la legalidad.
El curso es de 380 horas con la posibilidad de inserción laboral por parte de algunas de las alumnas para la intervención directa en el asentamiento. Las personas que se están formando en este curso reciben un abono transporte y una beca de compensación alimentaria, formación y de incentivo a la participación de 180 euros mensuales, con el compromiso de asistencia.
Perfil de población
El perfil de las personas que habitan en El Gallinero se caracteriza por tratarse de familias itinerantes, con movilidad por todo el territorio europeo (aunque se desconocen las causas objetivas de su movilidad) y con diferentes niveles socio-económicos, que se dedican a ocupaciones marginales, carecen de documentación básica y están acostumbradas al asistencialismo. Hay que destacar, además, que los cambios continuos en la ocupación de las chabolas dificulta mantener el empadronamiento actualizado.
Según la memoria del Instituto de Realojo e Integración Social (IRIS) de la Comunidad de Madrid, en este asentamiento a hay alrededor de 86 chabolas ocupadas por 72 familias. Se contabilizan 321 personas, de las que 178 son menores de entre 0 y 15 años. No obstante el número de familias puede variar por los flujos de movilidad propios de esta población. /