Pirámide solar
Desde el año 2008 el Parque Juan Carlos I ha implantado toda una serie de medidas de cara a conseguir una adecuada eficiencia energética, sustituyendo la flota de vehículos diesel por una de propulsión eléctrica e implementando toda una serie de mejoras en la instalación del Parque.
Se sustituyeron la mayor parte de las luminarias por un modelo más eficiente y con menor contaminación lumínica. Se instalaron baterías de condensadores para reducir las pérdidas por energía reactiva y se acoplaron variadores en las bombas de recirculación de la ría.
La construcción de la Pirámide Solar añade otro hito arquitectónico en el paisaje, además de permitir la autosuficiencia energética para los medios de transporte empleados en el mismo.
Se ideó como medio para resguardar a los vehículos que la componen, a la vez de proporcionar la energía eléctrica necesaria para su funcionamiento. De 38 metros de arista en la base y de 18 metros de altura en su cúspide, la pirámide está forrada en sus caras por un muro cortina de paneles fotovoltaicos. La energía solar captada durante el día se transforma en energía eléctrica por medio de unos inversores en corriente continua. Al final de la jornada de trabajo los vehículos recargan sus baterías utilizando la energía almacenada.