Prevención y control
Son de aplicación en este caso muchos de las recomendaciones y consejos incluidos en la ficha Control integrado de plagas.
Condicionada por su pequeño tamaño y agilidad prodigiosa, la prevención frente a ratones se basa fundamentalmente en:
- Supervisar el estado de mercancías y materiales que se introducen (posible introducción de ejemplares).
- Reparar, sellar todas aquellas grietas, fisura, pasa-tubos, etc. que pudieran permitir el acceso de estos pequeños animales.
- Extremar los cuidados en el almacenamiento de alimentos, frecuente objetivo predilecto de estos roedores.
- Disponer de almacenes, trasteros, etc... ordenados y convenientemente supervisados. Un almacén, garaje, etc. atestado de mercancías, es un verdadero paraíso para los ratones.
Una vez detectada, no debe tolerarse la presencia de ratones en lugares de vivienda y uso human lo que requiere un eficiente control. Muchas infestaciones no son adecuadamente controladas porque se minusválida la verdadera importancia de ésta que, con frecuencia., requieren la actuación de expertos en el control de plagas.
Adicionalmente a las medidas de gestión ambiental, pudiera ser necesario el uso puntual de biocidas rodenticidas . Estos productos, análogos a los utilizados como raticidas, son normalmente aplicados como cebos que, al ser consumidos por el roedor, provocan su muerte indolora días más tarde por fallo en la coagulación sanguínea. Obviamente, este tipo de cebos deben siempre mantenerse fuera del alcance de personas (especialmente niños), animales y evitar la contaminación de aguas superficiales, pozos, etc.
En interiores, deben ser los profesionales (empresas de control de plagas) los responsables de establecer los diagnósticos de situación y realizar las recomendaciones correctoras y tratamientos que se estimaran oportunos. La intervención de estos profesionales es obligada en caso de edificaciones de uso o servicio público y garantía adicional de eficacia y seguridad.
Para infestaciones ligeras en ámbito doméstico, el ciudadano puede optar por no recurrir a estos profesionales e intentar un autocontrol que podría tener éxito en la medida que se apliquen enérgicamente los principios ambientales citados y que se utilicen muy juiciosamente los rodenticidas comercializados como domésticos (ver ficha correspondiente).