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Águeda de la Pisa nació en Palencia en 1942 y desde muy joven mostró su interés por el arte. Trasladada con su familia a Madrid, se formó en pintura y dibujo. Bajo la influencia del informalismo del grupo El Paso y de la Escuela de Nueva York, prontó optó por el lenguaje abstacto, siendo una de las principales representantes en España de la llamada abstracción lírica.

En 1987, fue fundadora del grupo Ruedo Ibérico junto a otros pintores como José Caballero, Luis Caruncho, Salvador Victoria, José Luis Fajardo, José María Iglesias o Álvaro Delgado; poetas como José Manuel Caballero Bonald; y teóricos como José Luis Morales. Ella era la única mujer y la integrante más joven del grupo. El colectivo defendía experimentalismo y rechazaba la actitud oficial en las artes plásticas. Ruedo Ibérico organizó varias exposiciones nacionales e internacionales, la más importante de todas, en el Centro Cultural de la Villa (Madrid) en 1991.

Su obra se encuentra representada en relevantes colecciones nacionales e internacionales, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Fundación Juan March y el Museo de Arte Contemporáneo de Lanzarote, entre otros. Su aliento creativo siempre ha estado muy en conexión con la poesía, de la que se ha inspirado y nutrido para muchos de sus títulos, y con el paisaje de Castilla. Unos paisajes que, al igual que el pintor Díaz-Caneja, los lleva en la memoria y los recrea en sus cuadros.

El presente óleo sobre lienzo de 146 x114 cm es de 1982, etapa previa al uso recurrente del acrílico, así como de tiras de papel de periódico, que caracterizará toda su producción posterior. Se trata de una abstracción pura y muy lírica que representa el paisaje cereal de su tierra natal palentina. A mediados de la década de 2000 empieza a desarrollar sus obras también a partir de fotografías, incursionando en el terreno de lo digital. 

El conjunto de su carrera artística fue reconocida con el Premio Castilla y León de las Artes (2015).