Bienvenida del Alcalde de Madrid

Buena parte del encanto peculiar de Madrid consiste en el natural equilibrio con el que esta ciudad mira al futuro sin olvidar sus tradiciones. Su fuerza de atracción descansa en gran medida en esta cualidad, y es precisamente en Semana Santa cuando esta armonía se hace más patente.

En 1561 Felipe II decidió que la Corte estuviera en Madrid y ya entonces la nueva capital del reino contaba con casi 40 hermandades de devoción y penitenciales. Con altibajos a lo largo de los siglos, dependiendo de las circunstancias históricas, hoy Madrid vuelve a mostrar orgullo por su
Semana Santa. Como novedad muy destacable, este año las dieciséis procesiones que discurren por el centro pasarán por la recientemente remodelada Puerta del Sol, nuestro corazón, en un esfuerzo de las hermandades, cofradías, congregaciones y esclavitudes, costaleros y anderos, que agradezco sinceramente. Otras, como la del Santísimo Cristo del Pozo, en Vallecas, la del Silencio en Carabanchel, o la del Nazareno, en Villaverde, discurren por nuestros barrios.

El 24 de marzo, Domingo de Ramos, saliendo de la Almudena, la procesión de La Borriquita es la primera en recorrer nuestras calles y plazas. El Miércoles Santo disfrutaremos de la procesión de los Gitanos y de la de Las Tres Caídas, el Jueves Santo es el turno del Jesús Nazareno El Pobre, el Viernes Santo veremos la procesión del Jesús de Medinaceli y la de Los Siete Dolores, y acabaremos el Sábado Santo con la procesión de La Soledad, precedida por sus tambores. Son sólo algunos ejemplos, porque hay muchas más, igualmente emocionantes. Como emocionante será la tamborrada del Domingo de Resurrección en la Plaza Mayor, a cargo de la Cofradía del Descendimiento de la Cruz y Lágrimas de Nuestra Señora, de Zaragoza.

Solo me resta invitar a los madrileños y a todos los que nos visiten durante esas fechas a participar y vivir nuestra Semana Santa. Disfrutemos del ciclo Música de Órgano en San Ginés, del concierto de la Banda Sinfónica Municipal en La Almudena, de las saetas lanzadas desde los balcones al paso de las imágenes por cantaores como El Perrete, Rafa del Calli o Pura Navarro, de los tambores y trompetas, de los vistosos trajes de los cofrades, de las torrijas y bartolillos y del potaje de garbanzos a la madrileña en bares, restaurantes y pastelerías. En resumen, de la celebración popular llena de raíces y sentimiento con la que Madrid conmemora la pasión, la muerte y la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

José Luis Martínez - Almeida

Alcalde de Madrid

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