Primera autobomba 1916
Dando continuidad a la modernización del Servicio, en 1916 y con un presupuesto de 40.000 pesetas, se aprovó la adquisición por concurso público de la primera autobomba, siendo seleccionada la de la casa Saurer de Suiza.
La bomba era centrífuga de alta presión, de tres turbinas en serie, construida en bronce y la carrocería de color rojo. Estaba dispuesta para poder trasladar doce hombres sentados incluido el conductor.
En el mes de julio de 1917 se recibiría este vehículo en Madrid, sometiéndole a la prueba de costumbre y su puesta en servicio.