Guerra Civil 1936
Desde principios de noviembre, cuando las tropas sublevadas llegaron a las riberas del Manzanares y Casa de Campo, Madrid sufrió un constante bombardeo que no cesó hasta la primavera de 1937 (Batalla de Madrid).
Ese mes sería sin duda terrible para el Cuerpo de Bomberos ya que, en tan sólo 12 días, fallecieron cinco de sus miembros.
En septiembre de 1937 el General Miaja, Jefe del Ejército del Centro, decidió que los bomberos serían movilizados pero no destinados fuera de la capital, ni dejarían de prestar su servicio como empleados municipales haciendo su cometido igual que anterior a su movilización. Es decir, se les destinaría a los Batallones de Zapadores del Ejército del Centro, cumpliendo su misión dentro del Cuerpo hasta el final de la guerra.