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Corre el año 1899 en un pueblecito de Texas donde vive una niña de once años llamada Calpurnia Virginia Tate. Es la única chica y la menor de siete hermanos. A pesar de que su madre insiste en que aprenda a tocar el piano, coser y cocinar, Callie se pasa el día haciéndose preguntas que nadie parece saber responder o simplemente no quieren. Al parecer ser una chica es sinónimo de ignorancia.

La madre de Callie preferiría que se preocupara en lo que tiene que preocuparse una futura esposa: bordar, cocinar y tocar el piano. Cosas a las que Callie no ve el más mínimo interés, aunque por lo que parece para las demás chicas es lo mejor del mundo. Sobre todo para su mejor amiga, que hace todo perfecto.

Ser la única niña entre un montón de hermanos no es nada fácil, y más cuando le exigen cosas totalmente contrarias a lo que se les exige a los chicos. Y Callie muchas veces no entiende porqué en el futuro no podrá ser lo que ella quiere. Pero, ¿y sus sueños? Y cuando pregunta en su entorno todos parecen sorprendidos e incluso indignados de que quiera otra cosa en la vida.

Entonces aparece su abuelo, un hombre huraño y solitario que se pasa todo el día rodeado de libros y encerrado en su laboratorio. Y por el que la niña empieza a tener mucho interés, pues parece ser el único adulto que tiene respuestas para todas sus preguntas y, lo que es aún mejor, tiene nuevas preguntas. Poco a poco irá ganándose a este señor un tanto huraño y empezará a colaborar con él en sus observaciones y estudios sobre la naturaleza. Aprenderá también quién es Darwin, qué son las especies y las subespecies y también lo idiotas que se vuelven los hermanos mayores cuando se enamoran.

Encuéntralo en el catálogo.