El Ayuntamiento de Madrid contribuye a la puesta en marcha de la primera residencia universitaria para mujeres en El Salvador

El pasado 15 de marzo se inauguró en El Salvador, en la ciudad de San Miguel, la primera residencia universitaria gratuita para mujeres a nivel nacional.

Se trata, sin duda, de un acontecimiento histórico que ha tenido lugar en el marco del proyecto “Garantizado el derecho a la Educación Superior en condiciones de igualdad de las estudiantes universitarias, en la Facultad Multidisciplinaria de Oriente de la Universidad de El Salvador” que el Ayuntamiento de Madrid ha subvencionado con 250.000 euros con cargo al presupuesto municipal de 2022.

 La propuesta se enmarca en la Convocatoria pública de subvenciones para la realización de proyectos de cooperación internacional del mencionado año.

 

El proyecto lo ejecuta La Liga Española de la Educación y la Cultura Popular de la mano de la entidad local CIDEP. La Liga es una ONG especializada en educación que trabaja por una sociedad más solidaria, laica y participativa. Por su parte, CIDEP nació en los años 80 en plena guerra civil con el objetivo de paliar los estragos en educación a las poblaciones afectadas.

El proyecto contribuye a la sostenibilidad de una educación pública inclusiva, segura y de calidad para todas las personas, promoviendo la igualdad de género en un ambiente libre de violencia para las mujeres.

Las instalaciones, ubicadas dentro del propio campus, permiten alojar a mujeres estudiantes en situación especialmente vulnerable, con cargas familiares o procedentes de áreas rurales y lejanas; cabe destacar que evitar desplazamientos es de vital importancia desde el punto de vista de la seguridad de estas jóvenes.

La residencia que se inaugura cuenta con 18 plazas en seis habitaciones triples, y dispone además de espacios comunes para el estudio, comedor, cocina y lavandería.

Paralelamente, en el desarrollo del proyecto se han llevado a cabo acciones para influir en políticas de equidad en el interior de la Universidad. Se crearon dos comités de género, se impartieron más de 30 talleres y se ha organizado un diplomado sobre género y diversidad sexual dirigido a 35 docentes y personal administrativo.

En el acto de inauguración estuvieron presentes más de 100 personas, entre responsables universitarias, personal docente, estudiantes, representantes de organizaciones de la sociedad civil, ONGs, así como cargos electos de la Alcaldía de San Miguel y de la Asamblea Legislativa de El Salvador.

Las palabras de Elisa Chavarría, estudiante de Ciencias Jurídicas, ayudan a entender la magnitud del impacto del proyecto: “Viajo casi cinco horas diarias para llegar hasta la universidad, y así ha sido en los últimos cuatro años de estudio. Hoy, gracias a CIDEP, La Liga, la propia universidad y el Ayuntamiento de Madrid, tendré, junto a mis compañeras, la oportunidad de dedicarnos de manera plena a nuestros estudios, desarrollarnos personalmente y crear vínculos”

 

De manera telemática participó en el acto D. Fernando Rey, Coordinador General de la Cooperación Española en El Salvador, quién destacó la sinergia entre los propósitos de la cooperación española y la Agenda 2030.

D. Pedro Bueno, coordinador de La Liga Española de Educación, agradeció el trabajo tanto de la Liga como de su socio local CIDEP, y puso en valor la contribución del Ayuntamiento de Madrid.

La Directora General de Inclusión Social, Dª Laura Castaños, participó también telemáticamente, acompañada del Subdirector General de Cooperación al Desarrollo, D. Javier Martín y de parte del equipo técnico de la subdirección.

Dª Laura Castaños destacó la importancia de la educación como herramienta de transformación social. Mostró su satisfacción por el buen desarrollo de este ambicioso proyecto que está sirviendo para conjugar la educación y la igualdad de oportunidades.

Trasladó en nombre de la Dirección General de Inclusión Social, y por extensión, de todo el Ayuntamiento de Madrid, su felicitación por el buen trabajo realizado y sus buenos deseos para el funcionamiento de la residencia. Y animó a todas las jóvenes salvadoreñas a mantener viva la ilusión de emprender estudios universitarios.

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