La solidaridad de Chad: uno de los países más pobres pero que más refugiados acoge
Fotografía: Brice Kevin Da / UNICEF / 2024
Chad tiene una población de 19 millones de personas y un 40% de ellas vive bajo el umbral de la pobreza. Aún así, es el quinto país del mundo que más refugiados acoge como consecuencia de la crisis de Sudán, su país vecino.
Así, Chad cuenta con más de un millón de personas refugiadas. Uno de los grandes retos de la región es mantener la cohesión social entre refugiados, retornados y comunidades de acogida. Difícil, pues en un contexto en el que en 2024 se declaró la emergencia nacional alimentaria, puede parecer que compiten entre ellos por recursos muy escasos.
Sin embargo, como muestra de su solidaridad, Chad nunca ha cerrado sus fronteras y siempre ha luchado por velar por los derechos de todas las personas refugiadas, garantizando total libertad de entrada y sanidad al país y acceso a los recursos.
En otro ejemplo de solidaridad que nos da este país, son las propias familias las que ofrecen sus hogares para acoger a los menores refugiados. Es sorprendente que, con la situación tan difícil que ya tienen esas familias, estén dispuestas a acoger a más niños. La respuesta es que en África existe un fuerte sentido de la comunidad: primero está la familia y luego la comunidad como factor de protección. Se entiende que el niño pertenece a la comunidad y es una obligación moral de esta acogerlo.
Fotografía: Annadjib Ramadane // UNICEF
La acción humanitaria en Chad como en otros países del Sahel lleva años siendo prioritaria para el Ayuntamiento de Madrid, y seguirá siéndolo ya que todo apunta a que son refugiados que se van a quedar durante mucho tiempo, por lo que hay que construir sistemas resilientes. Desde 2016, el Ayuntamiento de Madrid ha financiado 29 proyectos por un importe cercano a los 4 millones de euros a diversas entidades. A través de estos proyectos se garantiza la salud, la educación y el bienestar de todos los niños y niñas, con actuaciones muy variadas, como por ejemplo la creación de ‘Espacios amigos de la infancia’, en los que, a través del juego, se detectan necesidades y problemas que luego son derivados a recursos especializados.
