Portal web del Ayuntamiento de Madrid

La agresión sexual es una experiencia traumática en la cual la víctima siente que su integridad física y psicológica están amenazadas. Lo traumático va a depender justamente de esta percepción. Haber pensado que iba a morir, haberse sentido amenazada y reaccionar con intenso miedo, hacen de esta situación un suceso traumático. La prevalencia de trastorno de estrés postraumático (TEPT) en este tipo de víctimas alcanza el 48%. La primera reacción va a incluir síntomas de estrés agudo (EA): reacciones normales y adaptativas a lo sufrido, emociones intensas de miedo, desconcierto, seguidas de rabia y deseo de venganza. Con posterioridad: pensar que es culpable de lo sucedido y de que no se le va a creer.

De no resolverse adecuadamente esta situación de EA, podría traducirse en TEPT, trastornos adaptativos y cambios en la personalidad. Diversas alteraciones en la corporeidad, alteraciones sexuales y de relación íntima.

Cada víctima siente y manifiesta de forma diferente esta situación traumática. Esto va a depender de la violencia sufrida, del miedo que haya podido sentir por su integridad física y psicológica, así como de variables propias como sus estrategias de afrontamiento, su historia psicobiográfica, la edad de la víctima y el apoyo recibido tras el suceso.

Debemos evitar que el estrés traumático se convierta en estrés postraumático. Este es el gran objetivo de la “intervención en crisis”: paliar y prevenir los efectos psicológicos de los sucesos traumáticos a corto, medio y largo plazo.

Es necesario, por tanto, sensibilizar sobre la importancia de la intervención temprana y compartir los procedimientos de intervención. La experiencia y testimonios de diferentes profesionales es fundamental para afrontar con éxito las duras situaciones que la atención que una ciudad como Madrid merece y necesita.