Pozo del milagro

La apertura del Museo ha permitido recuperar la tradición de la visita al Pozo del Milagro (situado junto al patio), donde según cuenta la tradición San Isidro salvó a su hijo de morir ahogado al hacer subir las aguas hasta el brocal. En la reconstrucción se ha tratado de realzar este brocal, elemento original, convirtiéndolo en el punto central de la torre de la linterna construida en torno a él.

También ha hecho posible presentar las manifestaciones artísticas y las tradiciones relacionadas con el Santo, en un lugar que, formando un conjunto con la Capilla de San Isidro en la Iglesia de San Andrés y la cercana Capilla del Obispo, fue el foco histórico de su culto.

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