Ayuda a pie de calle
- El Ayuntamiento inició en diciembre de 2006 un estudio sobre el sinhogarismo para analizar la evolución del fenómeno y poner en marcha nuevos recursos
- El SAMUR Social cuenta con diez equipos de intervención en la calle, cada uno de ellos integrados por un trabajador social y un auxiliar
- El rechazo a la atención, el aislamiento social, el alcoholismo y los trastornos mentales dificultan la comunicación de los profesionales con el usuario
- Los distritos de la almendra central acaparan el mayor número de intervenciones. En Centro fueron atendidas 348 personas, lo que representa el 33,4% del total
La noche del 12 de diciembre de 2006 el Ayuntamiento de Madrid realizó un recuento de las personas que se encontraban viviendo en las calles de la ciudad. Se contabilizaron 621 que, unidas a las 800 que esa noche utilizaron los recursos de alojamiento, resultó una cifra de entre 1.400 y 1.500 personas sin hogar. Comenzaba así un complejo estudio sobre el sinhogarismo, que se mantendrá en los próximos años para ver la evolución del fenómeno y la necesidad de puesta en funcionamiento de nuevos recursos.
El balance de 2006 refleja que fueron atendidas por los equipos de calle 1043 personas sin hogar y se realizaron 30.867 intervenciones, lo que supone una media de 29,59 intervenciones por persona. Los distritos de la almendra de la ciudad acaparan el mayor número de intervenciones. A la cabeza está el de Centro, donde son atendidas 348 personas, que representa el 33,4% del total, seguido de Chamberí (116), Chamartín (99), Moncloa (98), Salamanca (75), y Arganzuela (50). El 60% son españoles, el 34% extranjeros y en un 6% no se ha podido determinar su origen por diferentes causas. El 81% son varones y el 19% son mujeres.
La intervención en la calle constituye pues una de las iniciativas más novedosas del programa municipal de Atención a las Personas sin Hogar de la Ciudad de Madrid. Se trata de un modelo de búsqueda y acercamiento a los colectivos sociales más excluidos, que garantiza que también los sin techo reciban atención social.
10 equipos de intervención
El SAMUR Social se encarga de esta labor. Para ello cuenta con diez equipos de intervención en la calle, cinco de ellos por la mañana (de 8 a 16 horas) y otros tantos por la tarde (de 14 a 22 horas), compuestos por un trabajador social y un auxiliar de servicios sociales. La flexibilidad y la rapidez en la respuesta son sus principales herramientas. Las intervenciones se producen fundamentalmente en los distritos centrales, donde se encuentra el mayor número de personas sin hogar.
Los profesionales de este servicio desarrollan estrategias de acercamiento, comunicación y motivación para el cambio. Esta actuación se inicia con la detección de situaciones habituales que, aunque no presenten características de emergencia, sí precisan realizar una intervención. A continuación se elabora un proyecto individual de las personas que permanecen en zonas localizables de Madrid y con las que se considera posible mantener la intervención en el futuro. Los trabajadores sociales realizan un seguimiento de cada caso hasta que se consigue la normalización y la conexión de las personas con la red habitual de Servicios Sociales. También se encargan del traslado de las personas a los dispositivos en los que son atendidas y de la tramitación de la documentación personal para su acceso a prestaciones básicas: DNI, Tarjeta Sanitaria, gestión de RMI.
Dificultades
La labor con las personas sin hogar entraña una serie de dificultades, como el rechazo a la presencia del profesional, a la ayuda y a los dispositivos ofrecidos (albergues, comedores, etcétera). Para algunas personas que llevan un gran periodo de su vida en la calle supone una dificultad el cumplimiento de horarios o la prohibición de consumir alcohol en los centros.
El perfil de este colectivo incluye también un importante aislamiento social, con ausencia de relaciones y apoyos familiares. En el caso de los inmigrantes, el idioma supone muchas veces un impedimento en la comunicación, un problema que se agrava en el caso de que padezcan trastornos mentales. El alcoholismo y otras drogodependencias dificultan también el acceso a estas personas.
Las actuaciones profesionales se pueden desarrollar bajo puentes, en descampados, en bancos situados en calles y parques, en el suelo de las aceras de cualquier calle e incluso en cajeros automáticos de entidades bancarias. Para el usuario de este servicio estos lugares son su casa, donde carece de intimidad, seguridad, higiene y cualquier otra infraestructura básica para desarrollar su vida./