La muestra permanecerá abierta al público hasta el próximo 16 de marzo en la Sala Juan de Villanueva

Conde Duque ofrece una selección de la colección de Antonio Ródenas

Nota de prensa 29/01/2008
  • La muestra consta de setenta y ocho obras de pintura y escultura de grandes representantes del arte del siglo XX
  • La exposición incluye obras de Darío de Regoyos, Daniel Vázquez Díaz, Juan H. Leemans, Benjamín Palencia, Manolo Hugué,  Cristino Mallo, Valentín de Zubiaurre, Manuel Colmeiro, Gregorio Prieto o Ricardo Macarrón, entre otros

El Centro Cultural Conde Duque acogerá hasta el próximo 16 de marzo la exposición Arte del siglo XX en la colección de Antonio Ródenas. Una selección de setenta y ocho obras de pintura y escultura de entre lo más representativo del arte español del pasado siglo.

Esta exposición quiere descubrir la colección de Ródenas y a través de ella la personalidad de quien la formó. Un conjunto heterogéneo y dialogante de obras, que en su conjunto dejan ver la sensibilidad y el posicionamiento estético del coleccionista.

Antonio Ródenas (Madrid, 1922-1997) descubre muy joven su vocación literaria. Empresario de éxito (entre otras cosas fue fundador y principal accionista de la discográfica Hispavox, para la que ideó el nombre), delegó en sus negocios para, desde la soledad e intimidad de su retiro, entregar su vida a la escritura, la lectura, la reflexión, el arte y la búsqueda de la belleza.

De extrema sensibilidad y agudeza en la percepción del arte, se formó a lo largo de los años un sólido y personal concepto estético y trabó amistad sincera con artistas a los que admiraba y a los que compró obra, llegando a reunir durante cincuenta años cerca de doscientas cincuenta obras de arte.

Fue un coleccionista atípico en España. Más común en Francia e Inglaterra. Refinado y culto, al margen de las grandes corrientes europeas de moda, coleccionaba guiado por el conocimiento y por su voz interior. No se rodeó de objetos bellos por vanidad, esnobismo, mercantilismo o puro hedonismo, sino por necesidad. Es, como apuntó el crítico de arte José Marín Medina, un auténtico “connaisseur”. Veía en las obras de arte una llamada ineludible con un cometido primordial: construirlo como persona.

Los libros y los objetos de los que se rodeó arropaban en el refugio de su intimidad sus pensamientos, le protegían de lo innecesario. “Sin los libros y el arte no alcanzo a imaginar qué habría sido de mi vida. Probablemente un absurdo y lamentable despropósito.”(...) “Aprendemos a ver nuestra vida en el arte. El arte es el maestro que nos aclara el misterio de nuestras almas, la confusión de nuestros sentimientos, la incoherencia de nuestras reacciones y de nuestros actos”, dejó escrito en sus diarios.

Su trayectoria como coleccionista
Darío de Regoyos, Daniel Vázquez Díaz, Juan H. Leemans conforman los primeros pasos y los pilares de una visión de la modernidad que, en términos de relación con lo real, plasticidad, sensibilidad y trascendencia conecta con el tardo-impresionismo, en particular con Cézanne, el artista de referencia de Ródenas.

Ródenas creía en un arte que renueve la figuración, ajeno a los excesos del intelecto, pero no exento de reflexión y cargado de sensibilidad y profundidad humanas, transmisor de emoción, con capacidad de síntesis y regeneración de la Gran Tradición, entendida ésta como la gran corriente “eternamente inconmovible” presente en los grandes maestros de los museos.

Uno de los pintores más presentes en la colección es Benjamín Palencia. Ródenas lo consideraba “el más profundo de nuestros pintores actuales”. Mientras que, Palencia encontraba en Ródenas una devoción sincera y sin pretensiones y un conversador que sabía ver en la pintura no sólo las soluciones plásticas sino las profundas intenciones del autor. La colección consta de un total de sesenta y cinco obras de Palencia.

Familiarmente ligado a Murcia, Ródenas tenía gran cantidad de obra de sus amigos, el pintor murciano de la Escuela de París Pedro Flores, el pintor madrileño vinculado sentimentalmente a Murcia, Andrés Conejo y en menor medida de Ramón Gaya.

En escultura sus primeros intereses se centran en Manolo Hugué y Cristino Mallo, de los que tenía obras muy significativas dentro de sus respectivas trayectorias. Juan Haro es el gran amigo de la última época. Apreciaba su singularidad como escultor y su personal concepto de la forma, vinculado al procedimiento de la talla directa, siendo el escultor más representado en la Colección.

Otros artistas presentes en esta selección son Valentín de Zubiaurre, Manuel Colmeiro, Gregorio Prieto, Ricardo Macarrón y el escultor José Luis Medina.

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