Del Neoclasicismo a la Modernidad a través de la colección Gerstenmaier
- La muestra reúne 29 obras que realizan un recorrido por las principales corrientes que transformaron la concepción clásica del arte occidental, desde el impresionismo al modernismo, pasando por el naturalismo
- La colección ha recuperado piezas que se encontraban en el olvido y evitado que algunas de ellas saliesen de España para formar parte de colecciones y museos internacionales
- Los visitantes podrán ver obras de Madrazo, Meifren, Anglada Camarasa, Nonell o Joaquín Mir, entre otros
La exposición que el Museo de la Ciudad acogerá hasta el próximo 2 de diciembre, La Pintura de los siglos XIX y XX de la colección Gerstenmaier, es una magnífica oportunidad para recordar el arte español del siglo XIX y principios del XX. A través de la paleta de un grupo de artistas de lo más representativo de nuestro país, se podrá observar el punto de inflexión que se produjo en esa época: del Neoclasicismo a la Modernidad.
La directora general de Archivos, Museos y Bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid, Belén Martínez, ha presentado hoy esta muestra que reúne una selección de 29 obras de los fondos de la Colección Gerstenmaier, dedicada a la pintura española del siglo XIX y principios del XX. En la presentación también han participado la comisaria de la exposición Marisa Oropesa y el director de Museo, Pepe Nieto.
La Colección Gerstenmaier completa cada una de las corrientes principales de una época que removió de forma definitiva los cimientos de los cánones clásicos del arte occidental y español: de los alumnos más aventajados de Goya, al impresionismo y el modernismo catalán, pasando por el naturalismo.
Entre las obras de los siglos XIX y XX que recoge la muestra se encuentran Aline, de Raimundo Madrazo (1841-1920); Vista de Barcelona desde el Tibidabo, de Eliseo Meifrén (1859-1940); La cala de Granadella-Alicante, de José Navarro Llorens (1867- 1923); La masía, de Hermenegildo Anglada Camarasa (1871-1959); Orillas del Avia (Ridadavia), de Aureliano Beruete y Moret (1845-1912); Bayaderas indias, de Eduardo Chicharro Agüera (1873-1949); Tarjetero de mi estudio, de Francisco Pradilla Ortiz 1(848-1921); Autocaricatura con la Coralito, de Isidro Nonell y Monturiol (1872-1911), y Bosque, de Joaquín Mir (1873-1940), entre otras.
Una colección personal
Rudolf Gerstenmaier, como los grandes coleccionistas de antaño, empezó a coleccionar buscando lo bello, es decir, dando prioridad a su gusto personal por encima de otras consideraciones. Con el paso del tiempo, la colección se ha convertido en una de las más interesantes e importantes del panorama español.
Quizá uno de los grandes méritos de este singular y apasionado coleccionista es que la mayoría de sus obras han sido adquiridas en casas de subastas y anticuarios españoles. Esta circunstancia, ha permitido recuperar piezas que se encontraban en el olvido y, lo que es más importante, evitar que algunas de estas obras saliesen de España para pasar a formar parte de colecciones y museos internacionales./