El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, preside la firma del contrato de redacción de proyecto y dirección de obra del edificio

El Centro Internacional de Convenciones, símbolo del Madrid abierto y global del siglo XXI

Nota de prensa 11/12/2007
  • Costará 9 millones de euros y será el octavo edificio más alto de la capital, con 120 metros de altura
  • Ocupará una parcela de más de 33.000 metros cuadrados y cuya superficie construida alcanzará los 290.000 metros cuadrados
  • Contará con un auditorio cuyo aforo de 3.500 plazas que se podrá ampliar hasta las 5.000

Hoy empieza la cuenta atrás, 14 meses para que el Centro Internacional de Convenciones de la Ciudad de Madrid vea la luz. Ese es el tiempo necesario para la redacción del proyecto y el inicio de las obras de un edificio emblemático que estará situado entre los cuatro rascacielos de la Castellana.  El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha presidido la firma del contrato de redacción de proyecto y dirección de obra, por un importe de 9 millones de euros, entre el presidente de Madrid Espacios y Congresos, Luis Blázquez, y el equipo de arquitectos ganador del concurso de ideas, formado por Emilio Tuñón, Luis Moreno Mansilla y Matilde Peralta del Amo.

“La firma de este contrato -señaló el alcalde- constituye una prueba más de la capacidad de transformación de Madrid, capaz de generar espacios que contribuyan tanto a su desarrollo económico y social, como a  proporcionar una mayor calidad de vida a todos sus ciudadanos. Este sol que, gracias a miles de pequeñas luces de bajo consumo, también brillará de noche, será un símbolo del Madrid abierto y global del siglo XXI, de un Madrid en el que la creatividad y la iniciativa, tanto pública como privada, establecen alianzas en favor del progreso”.

‘Madrid, donde no se pone el sol’ es el título del proyecto realizado por el equipo de arquitectos madrileños que nace para ser un polo de atracción en la ciudad, además de convertirse en un centro de reuniones de prestigio internacional. En palabras de los autores, este edificio singular es “un sol de poniente, detenido desde el optimismo de saber que Madrid es una ciudad que vive, trabaja y se divierte a todas las horas del día, una ciudad donde no se pone el sol”. Aseguran que “el centro va a convivir, de igual a igual, con las cuatro torres”.

Hace un año que el Ayuntamiento de Madrid, a través de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos, convocó, en colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos, un concurso para elegir la mejor propuesta. El proyecto ganador está firmado por los arquitectos Emilio Tuñón, Luis Moreno Mansilla y Matilde Peralta.

“Estos arquitectos -dijo Ruiz-Gallardón- nos proponen una solución en la que forma y función se complementan, y plenamente adaptada al espacio donde se ubica: el epicentro del nuevo centro financiero y de servicios de Madrid. Porque las cuatro torres y este Centro Internacional de Convenciones conformarán, por sus comunicaciones con el resto de la ciudad, los recintos feriales y el aeropuerto, un atractivo núcleo de actividad económica que dará continuidad al eje de la Castellana”.

Con una altura total de 120 metros, será el octavo edificio más alto de la capital y la versatilidad será una de sus características principales. Primarán las configuraciones modulares para facilitar la flexibilidad en las distribuciones y organización de los mismos. Contará con sala de prensa, área de catering, sala VIP, almacenes, y todo tipo de equipamientos.

Turismo de negocios
El nuevo centro es además la respuesta a la creciente importancia del turismo en la economía de la ciudad. Madrid, que  recibe hoy dos millones más de turistas que en 2003 hasta rozar los 7 millones de visitantes el pasado año, ha convertido esta actividad en una fuente de progreso que genera el 10% del PIB de la ciudad y sostiene el 9% del empleo. En 2006 acogió más 12.384 reuniones -el 70% convocadas por instituciones privadas- que sumaron cerca de 1,2 millones de participantes

La Ciudad de Madrid cuenta con dos importantes centros de convenciones: el Palacio de Exposiciones y Congresos de la Castellana, gestionado por Turespaña, y el Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones; pero tanto por su grado de ocupación como por sus dimensiones, todavía hay importantes acontecimientos que no llegan a celebrarse en Madrid.

“El futuro Centro Internacional de Convenciones, mayor que la suma de los dos existentes, -aseguró el alcalde- será la solución a esta situación. Dotará a la ciudad de un equipamiento versátil y polivalente que completará la oferta actual. Estamos hablando de un equipamiento que ocupará una parcela de más de 33.000 metros cuadrados y cuya superficie construida alcanzará los 290.000 metros cuadrados, de los cuales 70.000 serán sobre rasante y los otros 120.000 bajo rasante. Estas dimensiones harán posible que cuente con un auditorio cuyo aforo de 3.500 plazas se podrá ampliar hasta las 5.000”.

El mayor de Europa
Asimismo, contará con un área de exposiciones de 15.000 metros cuadrados y dispondrá de otros dos auditorios menores con capacidad para 1.500 y 1.000 personas con los que se ampliará el de mayor aforo. También dispondrá de un área de restauración en la última planta con vistas sobre la ciudad y la sierra. Todo ello hace de este proyecto el mayor centro de convenciones de España y uno de los más grandes de Europa. Será un edificio que se caracterizará además por el uso de las más avanzadas tecnologías medioambientales, como grandes superficies de paneles fotovoltaicos, sistemas de reutilización de aguas pluviales o una orientación que reduce el consumo de energía.

El Centro Internacional de Convenciones de la Ciudad de Madrid se erigirá en el mejor emplazamiento posible: la Castellana. Este es el eje cultural y de negocios estratégico de la ciudad, con un marcado carácter central y vertebrador del este y el oeste.

Las actuaciones promovidas por el Ayuntamiento en el área de las cuatro torres no se limitan sólo al Centro Internacional de Convenciones. “También se extienden a un planeamiento que conjuga la necesidad de aumentar las zonas verdes y peatonales que contribuyan al reequilibrio medioambiental, con un sistema de movilidad que garantice eficaces accesos que eviten la saturación de un ámbito en el que trabajarán más de 12.500 personas. Ésa es la función que cumple el anillo distribuidor, en funcionamiento desde el pasado octubre, que libera la superficie de vehículos, y ofrece conexiones directas tanto con la M-30 como con el Eje de la Castellana”/.

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