La muestra permanecerá abierta al público en Conde Duque hasta el próximo 6 de enero

El Imperio Romano visto a través de Pompeya y Herculano

Nota de prensa 21/09/2007
  • Ha sido organizada por el Ayuntamiento y la Embajada de Italia, con el patrocinio de la Obra Social Caja Duero
  • Han colaborado también la Soprintendenza per i Beni Archeologici de Nápoles, el Instituto Italiano de Cultura, la Soprintendenza de Pompeya y la Soprintendenza Museale Napolitana
  • Pueden verse terracotas, vidrios y bronces, mármoles y cerámicas, oro, plata y piedras preciosas de aquella época aportadas por el Museo Arqueológico de Nápoles
  • Acuarelas y aguafuertes, realizados siglos después y copias de los cadáveres de hombres y animales atrapados, ayudan al visitante a situarse en los escenarios naturales de aquella época

Una completa visión de la vida y la cultura en el Imperio Romano del siglo I d.c. es lo que la exposición A la sombra del Vesubio pretende ofrecer a sus visitantes a través de los vestigios de las ciudades de Pompeya y Herculano, sepultados por la ceniza y el barro de la erupción del Vesubio en el año 79 y recuperados para la historia en las excavaciones iniciadas en el siglo XVIII.

La muestra, que ha sido presentada por la directora general de Museos y Bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid, Belén Martínez, junto al embajador de Italia en España, Pasquale Terracciano, y a Antonio Sánchez Puerto, director de la Obra Social de Caja Duero, permanecerá abierta al público hasta el próximo 6 de enero.

El Ayuntamiento de Madrid y la Embajada de Italia, que han organizado esta muestra con el patrocinio de la Caja, presentan en el Centro Conde Duque esta muestra llevada a cabo con la colaboración de la Soprintendenza per i Beni Archeologici de Nápoles, del Instituto Italiano de Cultura, de la Soprintendenza de Pompeya y de la Soprintendenza Museale Napolitana.


A la sombra del Vesubio presenta una selección de obras de arte y de uso cotidiano que en su día formaron parte de las antiguas ciudades de Pompeya y Herculano, así como pinturas y grabados que con posterioridad realizaron artistas de la talla de Giacinto Gigante, admirados por la belleza y los logros de una civilización tan avanzada, y sobrecogidos -tal y como también les ocurrió a historiadores, pensadores y a poetas-, por el dramático final de sus gentes al entrar en erupción el Vesubio aquel año 79 y ser destruidas ambas ciudades.

Recorrido visual
Terracotas, vidrios y bronces, mármoles y cerámicas, oro, plata y piedras preciosas; piezas de arqueología que convivieron día a día con aquellas gentes y que han sido seleccionadas por su valor histórico y estético, se completan con acuarelas y aguafuertes realizados siglos después, y que ayudan a realizar un recorrido visual por los lugares más emblemáticos, y que sitúan al visitante en los escenarios naturales. En cada uno de los ámbitos el visitante se va adentrando en el mundo romano, en sus creencias y leyendas, en los oficios de orfebres y ceramistas, a través de piezas que recogen la riqueza y el sentir de aquellos hombres y mujeres, en una visión que culmina con la reconstrucción de una habitación de Herculano.

El guión que se ha propuesto inicia la visita en el espacio geográfico común: el Mediterráneo. El Mare Nostrum es testigo del devenir del mundo antiguo. El visitante se aproxima a las ciudades de Pompeya y Herculano a través de su verdugo: el Vesubio. Protagonista central del ámbito se muestra a través de datos, ilustraciones y materiales diversos facilitados por el Observatorio Sismográfico Vesubiano a los que acompañan varias obras pictóricas de distintas épocas relativas al volcán cedidas por el Museo Capodimonte.

Drama humano
El drama humano de aquel fatídico agosto se convierte en uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la historia. Una filmación de la erupción del Vesubio del año 1945 da una muestra de la magnitud del fenómeno natural. Los listados de víctimas o los moldes de resina de los muertos ofrecen una aproximación a la emoción humana.

La muestra pasa, en la siguiente etapa, a describir algunos aspectos de la civilización, la cultura y el modo de vida romano, ejemplificado con las piezas cedidas por el Museo Arqueológico: la religión, las relaciones sociales, el lujo o el papel de la mujer son algunos de los temas introducidos en la exposición.

El recorrido finaliza con la recreación de un espacio doméstico, que podría ser las estancias de una casa pompeyana o herculanea, con los materiales originales que una vez fueron usados por los habitantes de las

ciudades vesubianas. Piezas de mobiliario, vajilla de mesa u objetos personales visten las estancias de una particular domus.

La exposición presenta numerosas piezas arqueológicas originales del Museo Arqueológico de Nápoles, de gran calidad y belleza, que pretenden ilustrar parte de la vida cotidiana de los romanos: joyas, escultura, bronces, mármoles, mobiliario, frescos, forja y otros elementos y enseres. La muestra ha reunido también copias de los cadáveres de hombres y animales cedidos por la Sopraintendenza di Pompei.

La muestra y el catálogo cuentan con el apoyo científico de la Soprintendenza Arqueológica y el Museo Arqueológico de Nápoles y su directora, la Doctoresa Borriello, ha dirigido los textos y fichas científicas de las obras. Cuenta además con un texto literario del escritor y poeta, Antonio Colinas, gran amante de la arqueología y en concreto de estas dos ciudades antiguas./


 

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