El Instituto de Adicciones cierra el cuatrienio con más de 1.800 toxicómanos rehabilitados
- Calvo alerta de que la falta de conciencia social impide frenar el consumo de drogas
- En los últimos cuatro años se ha incrementado la plantilla del 25% y mejorado las infraestructuras de todo los centros de atención
- Han aumentado las plazas en comunidades terapéuticas y se han duplicado en pisos de apoyo. 1.823 personas han normalizado su vida gracias a su inserción en el mercado laboral
- El patrón de consumo muestra un descenso del 9% de los adictos a la heroína y opiáceos pero, por el contrario, se incrementan en un 4% los consumidores de alcohol y en un 6% los cocainómanos
- Ha descendido la preocupación social por las drogas. De ser el tercer problema que preocupaba a los españoles en 1997 ha pasado, según el último estudio del CIS, a la décima posición
El delegado de Seguridad, Pedro Calvo, acompañado del gerente de Madrid Salud, José Manuel Torrecilla, a su derecha, y del director del Instituto de Adicciones, Francisco de Asís Marín, en el desayuno de trabajo donde se ha presentado el balance de las actuaciones contra la droga de la Ciudad de Madrid
Satisfacción pero no complacencia. Estos dos sentimientos definirían los resultados que arroja el trabajo del Instituto de Adicciones de Madrid Salud durante el último cuatrienio y que hoy ha presentado el delegado de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo. Satisfacción con origen en las cifras. Por ejemplo: un incremento de la plantilla del 25%; mejora de las infraestructuras de todo los centros de atención; incremento de plazas en comunidades terapéuticas y duplicación de plazas en pisos de apoyo y, sobre todo, las 1.823 personas que han normalizado su vida gracias a su inserción en el mercado laboral.
El no a la complacencia lo explicaba Calvo con rotundidad. “El esfuerzo realizado ha dado un excelente resultado en el tratamiento y reinserción de los drogodependientes, pero no ha sucedido lo mismo con la prevención”. Ha cambiado el patrón de consumo con un descenso del 9% de los adictos a la heroína y opiáceos pero, por el contrario, se ha incrementado en un 4% los consumidores de alcohol y en un 6% los cocainómanos.
La conclusión es que cada vez más gente consume sustancias de abuso, a excepción de la heroína, y todos los especialistas coinciden en apuntar una causa principal: la escasísima conciencia social de los riesgos que para la salud entraña el consumo de drogas.
Ese factor va a condicionar toda la política del Gobierno de Ruiz-Gallardón durante los próximos cuatro años. “Queremos ponernos a la cabeza de una reflexión crítica sobre lo que está pasando”, aseguró el delegado. Por lo pronto se ha subido de escalafón administrativo a Madrid Salud, que ha pasado de ser una dirección general a tener rango de Coordinación General. Un nuevo Plan de Adicciones; un Mapa de Drogas en Madrid; la creación de un Centro de Atención a Nuevas Adicciones no Químicas –ludopatías, móviles, Internet...-, o de un Centro de Investigación en Adicciones; el incremento de la colaboración con la Agencia de Empleo para abundar en la inserción laboral o la implantación de un sistema de seguimiento tras el alta del paciente, conforman el paquete de medidas con el que los responsables municipales quieren plantarle cara a la droga.
Despertar la conciencia social
Calvo ha insistido en la trascendencia del cambio de patrón de consumo. La disminución de la heroína la achacó a que “es la única droga que socialmente tiene mala prensa”. Su asociación al desmoronamiento personal, al contagio del VIH y a la delincuencia es un freno para su consumo. Sin embargo alertó de los riesgos de que se debilite la memoria social. “Para muchos jóvenes y adolescentes, las imágenes de los heroinómanos consumidos por su adicción y por el SIDA les son ajenas. Incluso con la heroína, por tanto, existe un riesgo de que los consumos se incrementen”.
Calvo ilustró también el descenso de la preocupación social. De ser el tercer problema de nuestro país en 1997 que preocupaba a uno de cada cuatro ciudadanos, se ha pasado según el último estudio del CIS a la décima posición. Un puesto que cae hasta el decimoctavo lugar, cuando se les pregunta a los ciudadanos por sus problemas propios, no del país. “En conclusión –resumió Calvo- los españoles estamos afirmando claramente que para nosotros la drogas han dejado de ser un problema”.
Primer paso, la prevención
Los centros docentes son el primer eslabón donde iniciar la tarea preventiva. “Prevenir en Madrid”, reconocido con el Premio Reina Sofía de Prevención de las Drogodependencias, este programa ha conseguido el pasado año cubrir la totalidad de los 363 centros de secundaria obligatoria que tiene la ciudad.
La colaboración entre los agentes tutores de la policía Municipal con los educadores destacados en todos los distritos permite la detección e intervención directa sobre adolescentes en situaciones de riesgo.
El servicio de prevención del Consumo de Alcohol y otras Drogas (PAD) ha estrenado nueva sede en Doctor Esquerdo, 43, para mejorar su asistencia a aquellas familias en cuyo seno hay un problema de drogodependencias, otro pilar de la labor preventiva, como lo es también el ocio saludable para los más jóvenes, destinatarios de “La tarde noche más joven” que llega ya a todos los distritos y de “La noche más joven” que ha visto ampliadas las instalaciones deportivas donde se desarrolla. Para abundar en este tema, gracias al programa “La cultura es prevención”, se envía anualmente a los niños de entre 8 y 11 años un libro especialmente seleccionado para su edad.
Asistencia integral
Adaptarse al panorama cambiante del consumo ha llevado al Gobierno municipal a contemplar la labor asistencial desde un punto de vista integral. Así, si con anterioridad se contaba con siete centros de Atención a Drogodependientes (CADs) y cinco centros dedicados exclusivamente a dispensar metadona, el panorama ahora, como explicó Calvo, es bien distinto. “Hemos conseguido una red integral de tratamiento constituida por 12 centros que comparten la misma cartera de servicios y donde cualquier ciudadano puede recibir atención ante cualquier problema de adicción”. La dispensación personalizada de metadona en todos los centros de esa red ha logrado disminuir el número de pacientes que la tomaban en los dispositivos móviles en la calle. En esta línea se inscribe también el convenio suscrito con el Colegio Oficial de Farmacéuticos para dispensar metadona en oficinas de farmacia.
Básica ha resultado la ampliación en un 25% de la plantilla de funcionarios, la duplicación de las plazas en pisos de apoyo al tratamiento, el incremento hasta las 152 en comunidades terapéuticas y las mejoras abordadas en las infraestructuras de todos los centros. Como básica ha sido también la implantación de nuevos servicios –Unidad Móvil Madroño o el Programa ISTMO dirigido a inmigrantes- para que los adictos sin tratamiento accedan a los CAD,s.
Pionera ha sido la creación de la Unidad de Patología Dual Hospitalaria para tratar a pacientes cuya adicción va asociada a un problema psiquiátrico, sin olvidar la Unidad de Desintoxicación de Alcohol, recurso de nuevo cuño.
Reinserción
Última faceta del proceso, en el último mandato se creó un departamento específico del que dependía el Servicio de Orientación Laboral y los talleres de formación ocupacional para adultos y adolescentes en riesgo. De los resultados lo que mejor habla son las cifras: 1.823 inserciones. También se ha puesto en marcha el Servicio de Apoyo al Empleo Protegido, dirigido a adictos con trayectorias de consumo en ocasiones superiores a dos décadas, que tienen una especial dificultad para acceder al mercado laboral. “En este esfuerzo –reconoció el delegado- nos ha acompañado la Agencia para el Empleo mediante la financiación y gestión de talleres, junto con los propios del Instituto de Adicciones de Madrid Salud”.
Para paliar el deterioro físico, factor que dificulta más el acceso al mercado de trabajo, se firmo en 2005 un convenio con la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense, gracias al cual se ha dado tratamiento integral a la dentadura de más de 80 pacientes. También se ha creado un ropero para que estas personas puedan acudir a las entrevistas de trabajo con la vestimenta adecuada.
Fundamental para la reinserción está resultando un programa de asesoramiento a jueces e información a los detenidos de forma que, en el momento de la detención, el individuo pueda integrarse en un procedimiento terapéutico. Si ya lo estuviese, se informa a los jueces de las posibilidades existentes en ese camino para que las tenga en cuenta a la hora de dictar sentencia.
Otro programa, el de mediación penal, persigue mediar entre infractor y víctima, cuando aquel es drogodependiente, no sólo para resarcir al agredido sino “para que el adicto tome conciencia de su problema y acceda al tratamiento”./