La Casa del Pueblo de Madrid celebra sus 100 años en el Conde Duque
- La muestra está organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, UGT-Madrid y la Fundación Progreso y Cultura, con la colaboración del Ayuntamiento
- La exposición reúne cerca de 350 piezas originales, la mayoría inéditas, entre las que figuran fotografías, esculturas, dibujos, documentos, planos, folletos, mapas, carteles, libros y prensa
- Proceden de instituciones públicas y privadas, y ofrecen un testimonio vivo de la labor educativa, cultural, deportiva, social y asistencial que desempeñó este organismo
- Los visitantes pueden contemplar objetos personales de Pablo Iglesias, Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero
El 28 de noviembre de 1908 se inauguró en el número 2 de la calle Piamonte la Casa del Pueblo de Madrid que acogió, hasta el final de la Guerra Civil, a los organismos centrales del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la UGT. La Casa del Pueblo tuvo un papel trascendente, tanto en la historia de dichas organizaciones, como en el desarrollo político y social de la España de aquellos años.
Un siglo después, la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) ha organizado la exposición La Casa del Pueblo de Madrid, 1908-2008, que puede contemplarse en el Conde Duque hasta el próximo 1 de febrero. Proyectada por UGT-Madrid y la Fundación Progreso y Cultura, su objetivo es dar a conocer a los ciudadanos la labor que desarrollaron estas instituciones a lo largo de sus cien años de historia.
El Ayuntamiento de Madrid, la Fundación Pablo Iglesias, la Fundación F. Largo Caballero, la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura y el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte colaboran en esta muestra, que reúne cerca de 350 piezas originales, la mayoría inéditas.
Fotografías, esculturas, dibujos, documentos, planos, folletos, mapas, carteles, libros y prensa son algunos de los vestigios que acoge la Sala de Bóvedas del Conde Duque.
Las piezas proceden de una decena de instituciones públicas y privadas, y ofrecen un testimonio vivo de la labor educativa, cultural, deportiva, social y asistencial que desempeñó la Casa del Pueblo.
Ocho secciones
El comisario de la exposición, Enrique Moral Sandoval, ha dividido la muestra en ocho secciones que evocan, tanto la historia y la estructura de la Casa del Pueblo de Madrid, como a sus artífices. La exposición tampoco olvida algunos de los objetivos fundamentales de la institución, entre los que figuran el cooperativismo, el mutualismo, la formación profesional, la educación y la cultura.
Los visitantes pueden contemplar objetos personales de Pablo Iglesias, Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero; cuadros y bustos de la época de los dirigentes más representativos del partido; banderas originales de los distintos sindicatos así como la documentación de la Casa del Pueblo, que incluye planos del edificio y de sus reformas, su escritura, actas de juntas, etcétera.
Con motivo de esta exhibición se ha editado un catálogo prologado por Cándido Méndez, secretario general de la UGT, y por José Ricardo Martínez, secretario general de la UGT-Madrid. La introducción corre a cargo del comisario de la exposición, Enrique Moral Sandoval. El volumen incluye también artículos de Francisco de Luis, Luis Arias, Jean Louis Guereña, Alejandro Tiana Ferrer, Alfredo Liébana Collado, Miguel Ángel Villanueva, Marta del Moral Vargas, Juan Antonio Simón Sanjurjo y Santiago Castillo. Además, incluye una cronología, una bibliografía y una relación de obras y objetos expuestos.
La Casa del Pueblo
La Casa del Pueblo fue la denominación, hasta 1939, de la sede que compartían las organizaciones socialistas en España. Durante las cuatro primeras décadas del pasado siglo estas instituciones se extendieron por toda la geografía nacional. Eran inmuebles que acogían las secretarías de los sindicatos adheridos a la UGT, la Agrupación Socialista del PSOE, las Juventudes Socialistas y la Agrupación Femenina Socialista, fundamentalmente, así como un amplio abanico de organizaciones promovidas desde la institución.
Ubicada en un antiguo palacio en la calle Piamonte, ocupó un espacio de más de 1400 m2 que albergaba las distintas secretarías, así como dos salones para la realización de reuniones y asambleas. Disponía de una amplia cafetería-restaurante y una luminosa biblioteca. Desde 1915 contó también con el Teatro o Salón-Teatro, que se levantó a espaldas de la Casa del Pueblo, con entrada por la calle Gravina, 15. Tenía tres alturas y una capacidad para 4.000 personas. Fue aquí donde tuvieron lugar los congresos y asambleas más relevantes del PSOE y de la UGT, así como una ingente cantidad de actividades culturales de todo tipo: teatro, cine, poesía, conciertos, conferencias, recitales.
En 1928 se reformó totalmente y su fachada de estilo modernista dio paso a una más funcional de estilo ecléctico. La obra añadió una tercera altura que permitió duplicar el espacio y dotó de mejores instalaciones a la biblioteca.
Ante las carencias del Estado liberal de aquel momento, la Casa del Pueblo promovió entidades educativas como las Escuelas Laicas Socialistas, las Escuelas Infantiles de la Fundación Cesáreo del Cerro, la Escuela Nueva y la Escuela Obrera Socialista. Organizaciones culturales y deportivas como la Agrupación Artístico-Socialista y el grupo Salud y Cultura, y entidades sociales y asistenciales como la Cooperativa Socialista Madrileña, la Mutualidad Obrera médico-farmacéutica, la Sociedad Cooperativa Obrera de "Casas Baratas" y sendas escuelas de formación profesional para trabajadores metalúrgicos y de artes gráficas.
Estos eran fines subsidiarios, porque su propósito principal fue la emancipación de los trabajadores y la defensa de sus derechos. Durante la II República la Casa del Pueblo llegó a tener más de 100.000 afiliados, (Madrid tenía entonces 950.000 habitantes). En esta época fue, sobre todo, un centro de formación que inculcaba los valores de libertad, igualdad, justicia y solidaridad que caracterizan al socialismo democrático.
Las Casas del Pueblo fueron, en toda España, auténticas escuelas de práctica democrática. Todos los afiliados tenían los mismos derechos y obligaciones; participaban en condiciones de igualdad en sus asambleas y congresos, y podían acceder en libre competencia a sus cargos directivos -siempre por elección-, con mandatos limitados y rendían cuentas públicamente de su gestión al concluir la misma.
Esta formación se completaba con el ejemplo que prodigaron los máximos responsables de estas organizaciones como Pablo Iglesias, Antonio García Quejido, Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro y Fernando de los Ríos, entre otros muchos.
Confiscada
La Casa del Pueblo de Madrid fue confiscada en 1939 tras la entrada de las tropas franquistas. Sus instalaciones pasaron a depender formalmente de la Delegación Nacional de Sindicatos, si bien fue ocupada de inmediato por el Ejército, que instaló allí los Juzgados Militares. El edificio se fue abandonando muy pronto y según el informe del Jefe de Patrimonio de la DNS (30-IX-1949), se instaló en el tercer piso un laboratorio de enología.
El inmueble fue demolido en 1953 hasta sus cimientos. UGT, PSOE y las Juventudes Socialistas son los legítimos herederos del extraordinario legado que constituyó la Casa del Pueblo, legado que han mantenido en la clandestinidad y en el exilio, y que hoy revierten a la sociedad española con arreglo a las nuevas exigencias del siglo XXI./