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Madrid es hoy una de las capitales del mundo más atractivas para la inversión extranjera. La ciudad seduce especialmente por su privilegiada situación geográfica, la alta calidad de las nuevas infraestructuras, la preparación de su capital humano, su apuesta por la tecnología, la investigación y el desarrollo, y también por su tolerancia, diversidad y creatividad.

Durante la inauguración de la primera tienda IKEA en la ciudad, situada en el Ensanche de Vallecas, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha subrayado que su apertura “es una clara muestra de confianza por parte de una gran empresa internacional hacia las posibilidades y garantías que Madrid ofrece como espacio de oportunidad en un mercado cada vez más amplio y competitivo, definido por la globalización”.

IKEA Madrid Este es la primera tienda que se instala en la ciudad (y la tercera de la región) y es, en palabras del alcalde, un modelo destacado de lo que representa una idea de negocio imaginativa y de la capacidad de generar valor añadido a través del diseño. Incluso, matizó, la expansión de IKEA y su llegada a Madrid “nos recuerda la necesidad de mejorar permanentemente nuestras estructuras económicas desde un constante esfuerzo de innovación y adaptación al propio cambio social”.

500 puestos de trabajo
El nuevo establecimiento, que ha supuesto una inversión de 65 millones de euros y va a generar más de 500 puestos de trabajo, refuerza el reequilibrio territorial con el que el Gobierno de la Ciudad está comprometido. De hecho, recordó Ruiz-Gallardón, el Ensanche de Vallecas es ya un ejemplo en este ámbito y una referencia a seguir en otras zonas, ya que aquí se han aplicado los más estrictos criterios ambientales de acuerdo con un patrón de desarrollo sostenible.

De los siete millones de metros cuadrados que tiene el Ensanche, 2,5 se han destinado a zonas verdes, otros tantos a servicios e infraestructuras, más de 750.000 a dotaciones y un millón a uso residencial. El alcalde concretó que los 28.000 m2 de IKEA Este Madrid consolidan una oferta equilibrada en una de las zonas más atractivas de la ciudad.

Ruiz-Gallardón enfatizó la “firme voluntad” del Gobierno de la Ciudad y de otras Administraciones de ofrecer todas las facilidades posibles a los agentes impulsores de este intenso dinamismo económico, siempre dentro de un contexto de creación de empleo y bienestar, y en aras de la cohesión social.

Madrid es una metrópoli abierta, cosmopolita y que simpatiza con las ideas nuevas, insistió el alcalde, por lo que resulta idónea para toda aquella empresa que, como IKEA, basa su negocio en una manera nueva de dirigirse a su público y relacionarse con él. Y la innovación y la creatividad son elementos fundamentales para afrontar los retos que plantea la globalización.

Motor de prosperidad
Un proceso que, según Ruiz-Gallardón, ofrece inmensas posibilidades de crecimiento a quienes sepan aprovechar el fuerte protagonismo que confiriere a las grandes ciudades, “auténticos motores de la economía moderna”. Y Madrid es hoy el primer motor de la prosperidad nacional, con un crecimiento del 4% y un peso del 11% en el PIB español, así como la tercera ciudad más rica de Europa junto a Londres y París.

Pero este creciente dinamismo de la ciudad no sería posible -argumentó- sin el compromiso de la sociedad civil y los emprendedores que, dentro de ella, crean riqueza y empleo, y tampoco sin el apoyo de la Administración. Así lo reconoce la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, apuntó, en el informe específico que acaba de realizar sobre Madrid: el papel de las Administraciones como promotoras del clima de consenso, que ha permitido involucrar a las fuerzas económicas y sociales en la toma de decisiones, ha sido determinante.

Tolerancia, talento y tecnología
El Gobierno de la Ciudad de Madrid ha decidido mantener este modelo de libertad económica y de concertación entre los agentes sociales, siempre dentro de una política de reequilibrio territorial que busca la cohesión entre los distritos. Para Ruiz-Gallardón, el resultado de esta fórmula es una robusta economía que satisface el requisito que el economista Richard Florida ha fijado para las sociedades avanzadas bajo el nombre de las tres T: tolerancia, talento y tecnología.

“Y es que el crecimiento –concluyó- no surge como consecuencia de la simple localización de las empresas en una determinada zona, sino en aquellos lugares donde existe tolerancia, se admite la diversidad y se está abierto a la creatividad. Ésas son las características que atraen el capital de profesionales innovadores y con talento, de manera que, atrayendo el talento, se atrae también la tecnología, y ése es el caso exacto de Madrid, como sin duda han comprendido los directivos de IKEA”./