Gallardón visita la rehabilitación del cementerio de La Florida, donde reposan los restos de 43 madrileños fusilados el 3 de mayo de 1808

La grandeza de los héroes

Nota de prensa 24/04/2008
  • Homenaje a “los primeros madrileños que dejaron de ser súbditos para convertirse en ciudadanos, una decisión que pagaron con su propia vida pero con la que abrieron el camino de la libertad”
  • La Ciudad ha querido contribuir al mantenimiento de esa memoria acometiendo unas obras en las que ha invertido 120.000 euros
  • El alcalde subrayó el celo y respeto con que la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos, encargada del cuidado de la necrópolis, mantiene el recuerdo de estos héroes
  • Hasta 1874, a pesar de que oficialmente fue clausurado en 1851, aquí fueron inhumados cerca de 350 madrileños, entre los que están incluidos los 43 ajusticiados en la montaña del Príncipe Pío el 3 de mayo de 1808

El cementerio de La Florida es uno de los lugares que, quizá como ningún otro lugar en Madrid, mejor representa la historia de los madrileños. Aquí reposan los restos de 43 ciudadanos de Madrid fusilados el 3 de mayo de 1808, “aquellos que dieron su vida en defensa de unos ideales”. De esos 43, 29 fueron identificados y los 14 restantes nunca han podido ser reconocidos. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha visitado hoy las obras de rehabilitación de este camposanto y, más allá del hecho de que este año se celebre el Bicentenario del 2 de mayo, ha querido rendir un homenaje “a unas víctimas que murieron sin ser conscientes de que fueron el germen de una nueva época en la Historia de España: el tránsito del antiguo régimen a la modernidad”.

Ninguno de los 43 madrileños fusilados en la montaña de Príncipe Pío ha sido individualmente objeto de homenaje. “Es ahí, en su protagonismo conjunto, donde reside la grandeza de los héroes del 2 de mayo”, constató Ruiz-Gallardón. Si hasta hoy han llegado otros nombres más concretos como Clara del Rey, “ejemplo del coraje de toda una ciudad”, o el de Manuela Malasaña, “como expresión de la brutal represión que padeció Madrid”, la realidad es que poco más se sabe de estos protagonistas anónimos.

Gerardo Diego, rememoró el alcalde, expresó en versos lo que representó esa rebeldía de los madrileños ante el invasor y el precio que tuvieron que pagar por ella: “Toda la vida cabe entre dos hojas, / entre un 2 y un 3 de mayo, / la vida, el heroísmo, la ilusión, / la libertad y la muerte”.

Y es que no es posible entender en toda su grandeza la gesta del 2 de mayo de 1808 “si no somos conscientes del dolor y silencio que posteriormente se extendió por toda la ciudad y se adueñó de sus ciudadanos”. Dolor y silencio que hoy se han hecho presentes, acompañados del reconocimiento y la admiración, en el cementerio de La Florida que ha preservado la memoria de la historia convulsa que vivió la ciudad de Madrid en aquellas fechas.

Irrenunciable defensa de la libertad
El Ayuntamiento de Madrid ha querido contribuir al mantenimiento de esa memoria acometiendo unas obras en las que ha invertido 120.000 euros, necesarias para consolidar la estructura de esta necrópolis. Una de las actuaciones más importantes ha sido la instalación de una nueva lápida, que reconoce a las víctimas que fueron fusiladas el 3 de mayo en la cercana Montaña de Príncipe Pío. La losa evoca los nombres de los fusilados que se conocen y recuerda el de aquellos que han quedado en el anonimato. “Todo ello como expresión del sentimiento de una ciudad”, dijo Ruiz-Gallardón, “que tiene en el 2 de mayo de 1808 un permanente ejemplo de la irrenunciable defensa de la libertad que siempre han demostrado los ciudadanos de Madrid”.

Madrileños patriotas
Entre los enterrados en mayo de 1808 en La Florida no hay militares ni aristócratas, “simplemente, nada más y nada menos, que madrileños”. Los primeros que, sin ser llamados o conminados por una instancia superior a defender su ciudad, decidieron por su patriotismo tomar la iniciativa y ejercer una nueva responsabilidad.

“Las víctimas del 2 de mayo, además de héroes, fueron los primeros madrileños que dejaron de ser súbditos para convertirse en ciudadanos, una decisión que pagaron con su propia vida pero con la que abrieron el camino de la libertad”, ensalzó el alcalde. Motivos más que suficientes para visitar La Florida junto a los miembros de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos, institución a punto de cumplir 170 años y a la que en 1917 la Congregación de la Buena Dicha y Víctimas del 2 de mayo confía el cuidado de este recinto.

Reencuentro con el pasado
Madrid, una de las metrópolis más dinámicas y modernas de Europa, es una ciudad que no renuncia a su pasado ni al legado en el que están las raíces del futuro, aseguró Ruiz-Gallardón. Por eso, para que este patrimonio siga siendo un referente entre las próximas generaciones, la Ciudad trabaja para conservar esas huellas del ayer en las mejores condiciones posibles.

Dentro de ese patrimonio histórico, Madrid cuenta con espacios singulares como La Florida, en que el tiempo parece haberse detenido. La necrópolis fue abierta a finales del siglo XVIII por iniciativa de la Casa Real y reservada a empleados y familiares. Hasta 1874, a pesar de que oficialmente fue clausurado en 1851, aquí fueron inhumados cerca de 350 madrileños, entre los que están incluidos los 43 ajusticiados en la montaña del Príncipe Pío el 3 de mayo de 1808.

Ruiz-Gallardón subrayó el celo y respeto con que la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos mantiene el recuerdo de estos héroes. El Ayuntamiento ha renovado con el acto de hoy su voluntad de colaboración con la entidad, que ha hecho de La Florida un ámbito de recogimiento y evocación donde el visitante puede trasladarse al lugar de unos hechos lejanos en el tiempo pero cercanos en su significado./

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