No municipal a la ‘procesión atea’ si la Delegación de Gobierno no la considera manifestación
- La convocatoria de dicha ‘Procesión Atea' se excluye del ámbito de la Ley Orgánica 5/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa
- El Ayuntamiento advierte que, de autorizarse esta manifestación en la fecha e itinerario solicitados, se pueden ocasionar problemas de orden público
La Delegación del Gobierno ha trasladado al Ayuntamiento de Madrid un escrito en virtud del cual nos comunica que no se considera competente para autorizar o denegar la celebración en la vía pública del acto que sus convocantes han dado en presentar como "Primera Procesión Atea de Lavapiés". Así se lo ha informado la Delegación del Gobierno a estas personas, así como a la Oficina de Coordinación de Actos Públicos y Relaciones Institucionales y a la Coordinación General de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento.
No obstante, "el Ayuntamiento de Madrid -ha declarado el vicealcalde Manuel Cobo,- se ha visto en la obligación de recordarle a la Delegación del Gobierno, en una comunicación posterior, que la convocatoria de dicha ‘Procesión Atea' se excluye del ámbito de la Ley Orgánica 5/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa. Por el contrario, nos encontramos ante el ejercicio del derecho de reunión o manifestación consagrado en el artículo 21 de la Constitución y desarrollado por la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, del Derecho de reunión, que no es competencia del Ayuntamiento de Madrid".
El Ayuntamiento de Madrid, de acuerdo con el artículo 9.2 de la citada Ley, solamente puede emitir informe referido a causas objetivas y deberá ser motivado. El informe es desfavorable a que se pueda realizar dicha manifestación. "Nosotros consideramos -añadió Cobo- que, en caso de autorizarse esta manifestación en la fecha e itinerario solicitados, se pueden ocasionar problemas de orden público, por la concentración multitudinaria de miles de personas que acuden el Jueves Santo a las procesiones, la coincidencia con otros actos y las características del lugar solicitado".
Para el Ayuntamiento resulta obvio que esto es una manifestación, y que como tal corresponde a la Delegación del Gobierno decidir. No obstante, si se insiste en que esto no es una manifestación y es una "fiesta lúdica" tenemos que decir con toda rotundidad -insistió el vicealcalde-"que el Ayuntamiento de Madrid no va a autorizar en ningún caso ninguna burla dirigida a la fe y las convicciones de los ciudadanos, ya sean católicos o de cualquier otra confesión. Madrid es una ciudad abierta, tolerante e integradora, y no ha conseguido consolidar su convivencia mediante el escarnio de aquello en lo que sus ciudadanos creen, sino, antes al contrario, desde el esfuerzo de todos por acercarse a aquel que piensa o siente de modo distinto". Esta convocatoria queda fuera, por tanto, del espíritu de tolerancia que caracteriza Madrid, y si la Delegación de Gobierno rehuyera su responsabilidad, al no considerar su naturaleza como ejercicio de manifestación, "nosotros tendríamos que considerarla desde la valoración de su nula contribución al clima de respeto y concordia que los ciudadanos de Madrid merecen y que, en general, se esfuerzan en cultivar, lo cual nos llevaría a denegar el uso del espacio público con estos fines espurios"./