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El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, en la entrega de los Premios del Club Internacional de Periodismo 2009

"Madrid recibe hoy a dos instituciones que, por su importancia como espacio de encuentro entre la prensa española y extranjera, consolidan el concepto de capitalidad que da sentido a esta ciudad". Con estas palabras el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha dado la bienvenida a los representantes del Club Internacional de Prensa y de la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera, en el acto de entrega de los premios 2009 de ambas entidades.

El alcalde ha elogiado los "valores de servicio a la democracia y a los derechos humanos de la labor informativa", "unos valores que -ha dicho- acreditan la trayectoria de todos los galardonados". Ha hecho una mención especial a Fabio Prieto Llorente, el periodista que ha sido apadrinado por el Club Internacional de Prensa en respuesta a la solicitud de Reporteros Sin Fronteras, y que permanece encarcelado en una prisión de Cuba.

Ruiz-Gallardón ha utilizado la definición del escritor Albert Camus sobre el intelectual comprometido -"un hombre que se opone al espíritu de su época- para resaltar la labor de los premiados. Así, se ha referido al trabajo de Javier Solana al frente de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, como "una fecunda resistencia al espíritu aislacionista de esta época". "Durante este último decenio ha puesto las bases que ahora permiten que la UE pueda desarrollar un servicio exterior independiente". Estos valores han merecido el reconocimiento conjunto de las dos asociaciones de prensa. El premio ha sido entregado por la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

También se ha opuesto al espíritu de la época -en este sentido camusiano-, Mikel Ayestarán, al desafiar las amenazas para su integridad que supone informar desde zonas en conflicto; François Musseau y Tomás Alcoverro, "arraigándose en los países donde sus diarios les han destacado como corresponsales, y conociendo así las sociedades acerca de las que escriben".

Defensa de los Valores Humanos
Ruiz-Gallardón ha entregado el premio a la defensa de los valores humanos, concedido ex aequo al escritor  Stieg Larsson, "quien no dudó en forzar las leyes no escritas de la novela negra para retratar la violencia latente incluso en un Estado de Derecho", y a la periodista sudanesa Lubna Hussein, condenada por vestir unos pantalones, "cuya dignidad en el trance nos recuerda la obligación de las sociedades abiertas de comprometerse con la causa de los derechos humanos con el mismo coraje que a veces demuestran los individuos particulares en muchas partes del mundo".

Opositora al espíritu de la época es también la Fundéu BBVA, que ha recogido el testigo del antiguo departamento de Español Urgente de la Agencia Efe en la defensa de la precisión de la lengua como instrumento principal no ya de los medios de comunicación, sino de la sociedad. Ruiz-Gallardón constató que buena parte de los problemas que aquejan a la vida pública "proceden del abuso al que es sometido el lenguaje, a las metáforas desproporcionadas y los clichés lingüísticos, que a menudo no son sino prejuicios mal disimulados".  Restablecer la exactitud del idioma es, para el alcalde madrileño,  contribuir a la convivencia y retrasar en lo posible la ofensiva del populismo. "Es decir, oponerse a la parte más desdichada del espíritu de la época".

El mismo cometido reconoció en los galardonados por los corresponsales extranjeros, cuya labor se sitúa a salvo de toda amenaza de tibieza o mediocridad. Cada uno en su ámbito, la obra del fotógrafo Gervasio Sánchez, "siempre comprometida con quienes sufren, la excelencia artística liderada por el Festival Internacional de las Minas de La Unión, o la arrolladora calidad deportiva impulsada por Pep Guardiola al frente del Fútbol Club Barcelona, constituyen un desmentido a cualquier tentación de conformismo".

Mención aparte tuvo para el lehendakari Patxi López y el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, "quienes con su entendimiento nos ofrecen una referencia política, social y ética que sin duda va en dirección contraria a ese espíritu de la época que los hombres y mujeres de cierta talla -como los hoy premiados- no dudan nunca en rebatir"./