Primer paso de la Operación Calderón
- La nueva ordenación permite la continuidad del proyecto Madrid Río a lo largo del Manzanares al eliminar las barreras del Vicente Calderón y la M-30 en superficie, que se convierten en zonas verdes
- Desaparecen las actividades industriales de carácter residual y se sustituyen por usos residenciales y terciarios
- Se mejoran las dotaciones educativas y la comunicación con el centro histórico
- La desaparición del estadio permite ampliar los espacios verdes de la margen izquierda del río, mejorar la perspectiva del puente de Toledo y eliminar la presión sobre los edificios de la margen derecha
- Se contempla la cesión al Ayuntamiento de Madrid de 52.600 metros cuadrados de suelo para zonas verdes, equipamientos educativos y viario
Madrid borra de su paisaje barreras y actividades industriales de carácter residual. En su lugar crecerán las zonas verdes, suelos residenciales y terciarios y mejores dotaciones educativas. Todo con la modificación puntual del Plan General en el ámbito Mahou-Vicente Calderón, que hace posible la continuidad del proyecto Madrid Río a lo largo del Manzanares al eliminar barreras como el estadio y la M-30 en superficie, que se convierten ahora en zonas verdes. Además, mejora conectividad de la zona con el centro histórico de Madrid. Se contempla la cesión al Ayuntamiento de Madrid de 52.600 metros cuadrados de suelo para zonas verdes, equipamientos educativos y viario.
El ámbito se extiende a una superficie de 204.200 metros cuadrados, donde se incluyen las parcelas actualmente ocupadas por el estadio Vicente Calderón, Mahou, Colegio Público Tomás Bretón, Instituto de Enseñanza Secundaria Gran Capitán, así como los terrenos ocupados por el tramo de Calle 30 todavía no soterrado. Está prevista la cesión al Ayuntamiento de Madrid de 52.600 metros cuadrados de suelo para uso público, que se destinarán a zonas verdes, equipamientos educativos y viario.
Según detalla la modificación puntual aprobada inicialmente, los objetivos prioritarios se centran en reconvertir los actuales usos industriales en otros de carácter residencial y terciario, contribuyendo con ello a integrar el centro de la ciudad y el río Manzanares; asegurar una transformación urbanística y arquitectónica de calidad, compatible y homologable con el proyecto Madrid Río; completar el soterramiento de la M-30, sus conexiones e incorporaciones, ganando espacios libres para la ciudad y mejorando la accesibilidad entre el río y el centro histórico; incrementar las dotaciones públicas, en especial las zonas verdes y equipamientos educativos y, finalmente, renovar la urbanización y el trazado viario.
Más zonas verdes
El nuevo planeamiento elimina dos importantes barreras situadas en el ámbito del proyecto Madrid Río, que se convierten en zonas verdes. Así, el estadio Vicente Calderón se transforma mayoritariamente en un gran parque de 31.000 metros cuadrados, compatible con usos deportivos, y se soterra el tramo central de la calzada interior de la M-30 que discurre en superficie por el ámbito, sumando una superficie de 23.700 metros cuadrados al eje medioambiental, deportivo, lúdico y cultural que está desarrollando el proyecto Madrid Río a lo largo del Manzanares.
La eliminación de la barrera constituida por el estadio Vicente Calderón aporta importantes beneficios para la ciudad en general, y para el distrito de Arganzuela en que se sitúa. Así, la creación del nuevo parque Vicente Calderón permite la continuidad de los espacios verdes situados en la margen izquierda del río, estableciendo la conexión entre el parque de Arganzuela y el salón de pinos, hasta enlazar con el puente oblicuo, al tiempo que permite la vertebración con el centro a través de los corredores arbolados ya existentes.
Paralelamente, el nuevo espacio verde situado en el ámbito del Vicente Calderón mejora la perspectiva urbana entre el norte y el sur de la ciudad, en un punto estratégico en el que el río Manzanares modifica su curso; pone en valor el valioso patrimonio arquitectónico representado por el Puente de Toledo al mejorar su visibilidad, y disminuye la presión que el estadio, situado en el mismo borde del cauce, ejercía sobre los edificios de la margen derecha, en torno a la calle de San Dámaso. En este sentido, la recuperación de un espacio libre frente a ellos, salda una deuda social pendiente, cuando la construcción de esta gran infraestructura deportiva supuso la colmatación de la ribera izquierda en este tramo del Manzanares.
Coherencia urbana
Por otra parte, como resultado de la nueva ordenación, se dota de coherencia urbana a un ámbito en el que hoy conviven con dificultad usos industriales de carácter residual, y edificios residenciales, contribuyendo a hacer del centro de la ciudad un espacio más habitado, habitable e integrado. Para ello, se dota al ámbito de una edificabilidad de 175.365 metros cuadrados, de los cuales entre el 75% y el 90%, tendrán que ser destinados al uso residencial, y entre el 10 y el 25% al uso terciario. En este último caso, el planeamiento de desarrollo deberá garantizar la creación de pequeño y mediano comercio de proximidad, estando excluidas las grandes superficies comerciales.
Dada la singularidad del ámbito, situado entre el casco histórico de la ciudad y el Manzanares, que está experimentando una profunda transformación dentro del proyecto Madrid Río, la modificación del Plan General garantiza la calidad urbanística y arquitectónica de la ordenación y de los futuros proyectos de urbanización y edificación que se llevarán a cabo, estableciéndose que las actuaciones serán ejecutadas por profesionales de reconocido prestigio.
Paralelamente, se mejoran las dotaciones educativas, al incrementarse la superficie del Colegio Público Tomás Bretón en un mínimo de 10.000 metros cuadrados de suelo. La nueva ordenación, además, prevé la mejora de la movilidad y conectividad del ámbito, mediante la creación de un nuevo viario entre la glorieta de Pirámides y la calle Alejandro Dumas, contemplándose también la creación de nuevas conexiones para resolver la incorporación a la M-30 en sentido norte.
Tras la aprobación inicial efectuada por la Junta de Gobierno de la Ciudad de Madrid, el expediente será expuesto al público durante un mes, tramitándose paralelamente los preceptivos informes sectoriales. La aprobación definitiva se llevará a cabo por el Pleno municipal una vez obtenidos estos informes con carácter favorable./