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El concejal de Seguridad, Pedro Calvo, durante el simulacro del Samur "El fuego y sus peligros no visibles"

"El fuego y sus peligros no visibles" han centrado las jornadas organizadas por SAMUR-Protección Civil en las que han participado responsables sanitarios de toda Europa y que han incluido un simulacro sobre rescate y asistencia sanitaria en ambientes tóxicos, al que ha asistido el delegado de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo.

El objetivo del simulacro, en el que han participado SAMUR-Protección Civil y Bomberos, es conseguir la máxima coordinación entre los efectivos sanitarios y de emergencia de la Ciudad de Madrid en casos de inhalaciones de cianuro. Las víctimas por la inhalación de humo de un incendio ficticio son tratadas con hidroxicobalamina, un antídoto del cianuro tras consensuar la mejor solución para salvar la vida o disminuir el daño provocado.

Calvo ha sido testigo de los trabajos de coordinación de ambos cuerpos de seguridad, junto a trabajadores sanitarios y de atención de emergencias que desarrollan su función en Madrid, y otros profesionales del otras Comunidades Autónomas. El delegado de Seguridad ha explicado que el Ayuntamiento de Madrid dispone de una estrategia integral de respuesta ante las emergencias y catástrofes que afecta a las estructuras y procesos a nivel asistencial y preventivo. "El enfoque preventivo-asistencial es la herramienta más eficaz para conseguir el objetivo final de los servicios de emergencia: la disminución de la morbilidad y la mortalidad".

Desde 2003, Bomberos y Samur trabajan bajo una dirección común que optimiza recursos y maximiza la calidad en la respuesta. Además, cuentan con protocolos de intervención conjunta en diferentes tipos de siniestros y realizan mensualmente simulacros ante la aparición de supuestos riesgos nucleares, biológicos, radiológicos o químicos (NRBQ).

Protocolo de hidroxicobalamina

La intoxicación inhalatoria por monóxido de carbono se trata con oxígeno a alta concentración, mientras que por cianuro inhalado en forma de gas cianhídrico precisa de antídotos quelantes que bloqueen con rapidez y seguridad la concentración de cianuro en sangre, como es le caso de la hidroxicobalamina, usada por el SAMUR-Protección Civil desde 1997, diez años antes de que fuera aprobada como antídoto del cianuro por la FDA (Food and Drug Agency) de los Estados Unidos.

Su uso precisa de tres requisitos previos: organización y coordinación con los Bomberos, entrenamiento del personal sanitario y utilización de medios de diagnóstico precisos. Estos medios consisten en la detección de los gases y tóxicos presentes en el lugar del incendio a través de la unidad de aparatos de medida Québec y la medición en el paciente de la concentración de ácido láctico en sangre, tecnología con la que el SAMUR-Protección Civil cuenta desde el año 2000.

Intervenciones en incendios

SAMUR-Protección Civil ha intervenido este año en 640 incendios, en los que han atendido a 232 pacientes con diagnóstico confirmado de intoxicación por humos. De ellos, 110 fueron atendidos por unidades de Soporte vital Avanzado y 122 en unidades de soporte vital básico.

Sólo en un 29% de los casos (67 pacientes) se procedió al traslado hospitalario para observar a aquellos pacientes que, iniciado el tratamiento, no mejoraron lo suficiente o acusaron otras razones médicas añadidas. Del total de pacientes trasladados, sólo cuatro presentaban un estado grave, ingresando en unidades de críticos una vez en el hospital. En definitiva, se produce un paciente crítico por inhalación de humo cada 2 ó 3 meses.

Sólo en la última semana, del 7 al 15 de noviembre, se han producido 18 incendios, con 10 pacientes atendidos por inhalación de humo, debido probablemente a que "en esta época del año se hace un mayor unos de aparatos de calefacción y las personas permanecen más tiempo en sus  domicilios", advirtió Calvo. "Resulta imprescindible -añadió- apostar por la investigación y la formación, algo que pasa también por la realización de sesiones clínicas y encuentros de actualización como éste".

Datos globales

La población mundial, que alcanza actualmente los 6.300 millones de habitantes, padece anualmente entre 7 y 8 millones de fuegos, que provocan 80.000 muertes y una media de 700.000 heridos. Concretamente en Europa, con 700 millones de habitantes, se registran dos millones y medio de fuegos con un trágico balance de 25.000 muertes y alrededor de medio millón de heridos. De todos los fallecimientos, el 80% se produce en las viviendas, a pesar de que sólo el 30% de los incendios se originan en las mismas.

Madrid es una ciudad que mantiene una baja incidencia en el número de fuegos, una de las menores de Europa, con una tasa de tres fuegos por cada 1.000 habitantes. Un dato que -explicó Pedro Calvo- se debe a la "introducción de una filosofía de fortalecimiento de los criterios de prevención de incendios en la construcción y el uso de los edificios e instalaciones". No obstante, en nuestro entorno se producen todavía alrededor de 8.000 incendios anuales, de los cuales 1.800 son fuegos en vivienda./