Sí a las hamburguesas, pero de vez en cuando
- El consumo de hamburguesas no es perjudicial si cumple dos requisitos: si se toma un día a la semana, dos a lo sumo, y que la ingesta del resto del día se componga de frutas y verduras para equilibrar
- Madrid Salud advierte sobre el exceso de alimentos precocinados por la cantidad de grasa y sodio· Los 100 gramos precocinados congelados (croquetas, san jacobos, empanadillas) presentan un exceso del 25% de las necesidades diarias en ácidos grasos saturados y un 10% de colesterol
- Los llamados ganchitos y similares son alimentos hipercalóricos, con alto contenido en sal y grasas saturadas
- Otro estudio sobre la salud de los madrileños, realizado en 2005, revela que el 29% de los niños madrileños de entre los 2 y 15 años padece sobrepeso, y la cifra aumenta hasta el 33% si se trata de población inmigrante
- El Ayuntamiento mantiene una constante vigilancia sobre los alimentos en comedores escolares, donde acude el 44% de los niños madrileños
Las hamburguesas han cargado con la mala prensa que rodea a todo lo que se considera comida rápida. Habituales en la comida de fiesta de los niños, como premio al buen comportamiento o como menú de cumpleaños, no son tan malas como las pintan, según un estudio sobre alimentación infantil realizado por Madrid Salud. Pedro Calvo, concejal de Seguridad, ha advertido, sin embargo, sobre el consumo repetido de los conocidos gusanitos, ganchitos y similares. Estos aperitivos junto con la bollería industrial contribuyen a la ingesta desmesurada de grasa.
Los niños madrileños, aunque no en la proporción del resto de los españoles, y con distancia respecto a Estados Unidos, están incrementando su peso. La alimentación incorrecta y la vida sedentaria son las causantes del sobrepeso, que tiene una incidencia directa sobre la salud.
Un reciente estudio llevado a cabo por Madrid Salud sobre los menús preferidos de los chavales ha constatado algunas creencias que pesaban sobre determinados alimentos y ha roto con la mala imagen de otros. Las hamburguesas han salido mejor paradas de lo que se pensaba. El estudio complementa a otro realizado en 2005 que refleja que el 29% de los niños madrileños de entre 2 y 15 años padece sobrepeso. La cifra aumenta hasta el 33% si se trata de población inmigrante.
Menú reina
La hamburguesa es un menú reina en el universo gastronómico de los pequeños. El estudio municipal demuestra que no es tan mala si todo se queda en la simple hamburguesa. Una pieza de carne de 200 gramos sumará en total 500 calorías, que representa el 25% de las necesidades calóricas diarias; el 35% de las necesidades diarias de proteínas, y el 60% de las necesidades grasas. Es en la grasa donde salta la alerta, en el exceso de ácidos grasos saturados: son los que más elevan los niveles de colesterol sanguíneo y la incidencia de enfermedad coronaria. La aportación calórica sube hasta las 804 calorías, el 40% de las necesidades diarias, si se añade una ración de patatas fritas.
El estudio concluye que el consumo de hamburguesas no es demasiado malo si cumple dos requisitos: si se toma un día a la semana, dos a lo sumo, y que la ingesta del resto del día se componga de frutas y verduras para equilibrar.
Las 17 muestras de pizza elaboradas en establecimientos de restauración y de venta en grandes superficies para cocción en el ámbito doméstico han demostrado que la ración aporta 434 kilocalorías, que suponen el 20% de las necesidades calóricas diarias y el 33% de las necesidades diarias de ácidos grasos saturados. Contiene una distribución de hidratos de carbono, proteínas y grasas adecuada a las recomendaciones (50%, 15%, 35%). ¿Qué significa todo esto? Que la calidad final depende de los ingredientes utilizados para su elaboración.
Los 100 gramos precocinados congelados (croquetas, san jacobos, empanadillas) presentan un exceso del 25% de las necesidades diarias en ácidos grasos saturados y un 10% de colesterol. Lo que les sitúa ante un alimento que, consumido frecuentemente, como sucede en muchos hogares, puede originar problemas importantes de salud. Al exceso de grasa se une el riesgo de utilizar aceites y grasas de baja calidad en la fritura.
Calvo destacó el riesgo del consumo de bollería industrial por la buena acogida que tiene entre los niños. Igualmente se han analizado diez productos de bollería a granel (palmeras de chocolate, triángulos, cañas...), de consumo muy frecuente entre los escolares como merienda y en ocasiones en el desayuno.
La composición es altamente acalórica: el consumir un bollo en el desayuno aportaría el 30% de las necesidades diarias. También un muy alto porcentaje de ácidos grasos saturados y trans. Y aunque el bajo contenido en colesterol puede dar una imagen de saludable, ésta no se corresponde con la realidad. “Insisto, son datos son muy importantes, ya que muchos niños los consumen a diario”, advirtió el concejal.
Palomitas y ganchitos
Las “inofensivas” palomitas de maíz no lo son tanto desde el punto de vista nutricional, especialmente si han sido elaboradas con aceites o grasa poco recomendables. El responsable de Seguridad advirtió que si se toman en establecimientos de ocio la cantidad es, en muchas ocasiones, mayor a 200 gramos y por tanto se puede ingerir más del 50% de las necesidades calóricas diarias. Es un alimento que debe consumirse de manera muy esporádica. “Y además nos encontramos con que la información que figura en el etiquetado obligatorio es claramente mejorable, dado que no se suele detallar la cantidad de sal (solo un fabricante lo indica y habitualmente presenta altos contenidos) y no se especifica la denominación concreta de la grasa en la lista de ingredientes”, señaló Calvo.
El informe ha estudiado los aperitivos infantiles, analizando 10 productos entre los llamados ganchitos, gusanitos y similares de diferentes marcas comerciales. La conclusión principal es que son alimentos hipercalóricos, con alto contenido en sal y grasas saturadas.
Aunque Madrid presenta una estadística mejor que el resto de España y, por supuesto de Estados Unidos donde la obesidad se ha convertido en una auténtica epidemia, los hábitos nutricionales merecen una constante supervisión. El delegado de Seguridad, responsable de Madrid Salud, ha destacado la constante vigilancia de los alimentos en comedores escolares, donde acude el 44% de los niños madrileños, así como la promoción de hábitos saludables.
La relación entre exceso de peso problemas de salud está bien clara, según la encuesta municipal. Los niños con sobrepeso y obesidad acuden más al médico (18,5%) que los que no la padecen (15,4%). Es decir, empiezan a tener más problemas de salud desde pequeñitos, lo cual se confirma con otro estudio que realizó Madrid Salud en un grupo de escolares de entre 9 y 11 años que nos mostraba unos niveles de colesterol superiores a 200 en el 20% de los chavales y superiores a 220 en el 6%.
Los mismos estudios demuestran que el problema es igual o más grave con respecto a los adultos que han aumentado el peso por encima de lo recomendable en diez años. Este dato lleva a concluir que los niños reproducen el modelo alimentario que observan en sus padres
Más pan
El concejal terminó con una serie de recomendaciones que se aproximan a la forma tradicional de alimentación basada en frutas, verduras, legumbres y pan:
· Consumir fruta y verdura a diario (cinco piezas en total)
· Consumir pan o cereales a diario. Los niños madrileños comen poco pan.
· Consumir a diario pasta, arroz o patatas.
· Consumir lácteos a diario.
· Consumir carne o pescado entre tres y seis veces por semana, no más. Es preferible en cualquier caso el consumo de pescado sobre el de carne roja.
· Consumir huevos entre tres y seis veces por semana.
· Consumir legumbres entre tres y seis veces por semana.
· Los dulces y los embutidos deben tomarse solo ocasionalmente y, en cualquier caso, menos de tres veces por semana./