Tres santos pintan de fiesta el agosto madrileño
- Danza Invisible, Raimundo Amador, Melocos, Jaime Urrutia y Conchita, cartel de Las Vistillas
- Del 2 al 16 de agosto se sucederán pasacalles y conciertos
Distintas imágenes de la presentación de las Fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma, a cargo del concejal de Centro José Enrique NUñez. Junto a él, los personajes castizos de las fiestas y el pregonero, el actor David Venancio Muro.
La Casta, la Susana, la Maja de Lavapiés, el Julián y Don Hilarión ya visten sus trajes de chulapos para conmemorar las Fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y la Virgen de La Paloma. Este año se suma un nuevo personaje, La Señá Rita. Han sido elegidos en el casting/concurso que se celebró el pasado 26 de julio, justo después del espectáculo “La Verbena de la Paloma”, que tuvo lugar a las 21 horas en la Plaza Mayor.
Hoy el concejal del distrito Centro, Enrique Núñez, ha presentado la programación de las fiestas en las que los protagonistas son los propios vecinos y la organización corre a cargo de diversas asociaciones castizas, culturales, comerciantes, peñas recreativas y establecimientos hosteleros, con la colaboración del Ayuntamiento.
Las fiestas tendrán lugar del 2 al 16 de agosto y comenzarán oficialmente con la lectura del pregón, el día 2 a las 21,30 horas, que este año correrá a cargo del actor David Venancio Muro, “Roberto” en la serie de televisión “Escenas de Matrimonio. La Plaza Mayor calentará motores una hora y media antes con “Zarzuguiñol”, espectáculo destinado a fomentar el conocimiento de la zarzuela entre el público infantil y la familia.
Aunque la plaza de La Paja y la calle de La Paloma se llenarán de casticismo de los días 12 al 16 de agosto y 14 y 16, respectivamente, los platos fuertes se servirán en la plaza de las Vistillas, del 12 al 16, con Danza Invisible (día 12), Raimundo Amador (día 13), Melocos (día 14), Jaime Urrutia (día 15) y Conchita (día 16). Argumosa recibirá el 9 de agosto la música ska de Emetrians y el 10 el pop de El alpinista.
Historia
Las tradicionales verbenas de antaño vuelven a Madrid en verano. Aquéllas verbenas que en su día fueron "arsenal completo de inspiraciones para los escritores" –según Enrique Sepúlveda- siguen manteniéndose en el estío madrileño de principios del siglo XXI.
Durante estos días, los vecinos se visten de majas, manolas, chulapos, chisperos, rememorando aquéllos personajes que antes que ellos, en otras épocas, crearon Madrid. Sus calles se visten de gala. Pañuelos, mantones, claveles llenan sus aceras, sus jardines, sus días en una palabra. Aunque Madrid es abierta, vanguardista, acogedora, anfitriona de gentes de todos los lugares, la Villa sigue conservando sus personajes, sus tradiciones. Junto al progreso, el europeísmo y la modernidad, Madrid sabe mantener vivas sus costumbres mejores.
La imagen de la Virgen de La Paloma que Isabel Tintero en 1790 colocó en el portal de su casa conquistó el corazón de los vecinos que se acercaban a ella para pedirle curaciones, encomendar a los niños y pedir protección para las mujeres que esperaban la llegada de un nuevo hijo. "La Paloma –decía Francisco Azorín- no es patrona de Madrid, pero sí reina plenamente en muchos corazones humildes que habitan en la Villa”.
Cascorro y San Cayetano
La primera fiesta en el calendario es la de San Cayetano que se celebra el 7 de agosto. La situación de la parroquia en la calle de Embajadores, esquina a la calle del Oso, hace que esta verbena sea celebrada principalmente por las zonas de Cascorro y del Rastro. San Cayetano es considerado patrón de la Providencia y protector de las parturientas.
Al término de la procesión, los fieles toman una de las flores de la carroza. Dicen que quien reza al santo y coge una flor tendrá pan y trabajo todo el año. Las calles del barrio son adornadas por los vecinos de San Cayetano, del Oso, Cabestreros. Conocidos y extraños son invitados a sangría o limoná y los que un día abandonaron el barrio vuelven a encontrarse con sus antiguos vecinos, mientras el baile se extiende por todas sus plazas y calles.
San Lorenzo y Lavapiés
San Lorenzo se celebra en el cogollo de Lavapiés, en lo que fue la judería madrileña y vivienda de moriscos. Cuenta la tradición que la iglesia de San Lorenzo, el "Templo de las Pulgas" por su reducido tamaño, fue edificada sobre la sinagoga judía por el propio pueblo.
Hablar de Lavapiés obliga a hacerlo de los manolos y de sus diferencias con las de otros dos tipos madrileños de la época: los majos y los chisperos. Los manolos fueron así llamados por ser Manuel el nombre de muchos de los habitantes del barrio, nombre obligado para el primogénito de los conversos.
Como dice el dicho "No se entiende San Lorenzo sin Lavapiés, ni Lavapiés sin San Lorenzo". Por eso cuando llega el 10 de agosto, en la Plaza de Lavapiés, en la calle Salitre, la Fe o Argumosa apenas hay hueco para venerar al patrón de manolos, manolas, majos y majas./