Libros en el Archivo de Villa

Visita guiada al Archivo con ocasión del Día del Libro
Seguramente si pensamos en el Archivo de Villa imaginamos un montón de papeles atados en legajos, pero ni sospechamos que parte de los documentos y expedientes que nos podamos encontrar tenga forma de libro. Nos estamos refiriendo al Fuero, los padrones, los libros de actas o de cuentas, los registros de entrada o salida de documentos y, también, ¿por qué no?, a los libros de enterramientos.
Algunos de los libros que custodia el Archivo de Villa están protegidos por encuadernaciones que destacan por su belleza o por su originalidad. Son códices o manuscritos que datan los siglos XV a XIX.
Además de estos ejemplares, la institución cuenta con una generosa biblioteca que abarca temáticas tan variopintas como la archivística, la paleografía, la sigilografía, la diplomática, el derecho o la historia de Madrid. Su función no es otra que apoyar al investigador en su tarea y al personal del Archivo en la organización de sus fondos y colecciones.
La relación del Ayuntamiento de Madrid con los libros data de antiguo. No en vano intentó la Villa, allá por el siglo XVII, hacerse con el privilegio de la impresión de los libros de Calderón de la Barca:
“Para lo qual, pareze de su obligazion dar quenta a V.E. para que mande no se puedan imprimir, en estos reinos, por ningun impresor, ni otra persona, ni vender ninguno de los autos sacramentales ni loas, que escrivio el dicho don Pedro Calderon, por haberlos pagado Madrid y, por esta razon, ser suyos, como porque, teniendolos todos recoxidos, podran servir para las fiestas de los años susequentes... V.E. mandara lo que mas sea de su real servizio. Madrid a quinze de abril de 1682“.
Pero la colaboración del concejo madrileño en la edición de libros no se agota con el autor de La vida es sueño. Algunas de las obras más interesantes de la historia de Madrid fueron compuestas con apoyo expreso del Ayuntamiento. El caso mas conocido es el de Jerónimo de la Quintana y su obra A la muy noble y coronada Villa de Madrid. Historia de su Antigüedad, Nobleza y Grandeza, publicada en 1629. Al autor le fue permitido, incluso, consultar y reproducir documentos del archivo municipal.
Aunque Madrid no tuvo nunca competencias censoras, su corregidor debía vigilar el cumplimiento de las órdenes que llegaran del Consejo de Castilla:
"procedan por su parte a recoger los exemplares impresos que se encontrasen en sus repectivos distritos o territorios de todas y cada una de dichas... obras, remitiendolos al Consejo, donde deben quedar archivados conforme a los resuelto por S.M.; y que se haga, a todos, recuerdo de lo que, en punto a impresiones, esta prevenido por las leyes del Reyno, promulgadas en los años de 1502 y 1558. Lo que participo a V. E. de orden del consejo, para que enterado de la Real Resolución de S.M , y de lo acordado por este Supremo Tribunal, cuide de su exacta observancia y cumplimiento en la parte que le toca; y del recibo me dara V.E. aviso para hacerlo presente en el..."
Este texto pertenece a una circular de 9 de febrero de 1799 pero se repite, con pocas variantes en todas las enviadas a los corregidores durante el siglo XVIII.
Como custodio de la documentación municipal acoge también el Archivo de Villa los expedientes de las Ferias del Libro, así como de muchos otros acontecimientos que en relación con las obras impresas se han celebrado en la capital a lo largo del tiempo. Merece especial atención la participación del Ayuntamiento en el último Centenario del fallecimiento de Cervantes.
Si vienes a visitar el Archivo de Villa y consultas sus fondos podrás hallar respuesta a preguntas como: ¿Cuánto costó la Feria del Libro en el año 1925?, ¿cómo se celebró la de 1917?...