Puerta del Rey
La construcción de la principal estructura de pilastras de la Puerta del Rey -estructura que hoy se conserva- data del reinado de José Bonaparte. La Puerta estaba próxima al Puente del Rey, constituyendo ambos un conjunto monumental relacionado.
La Puerta tenía en su origen forma de exedra (semicírculo) y las actuales pilastras estaban adosadas a una tapia cerrada, tal como queda reflejado a la perfección en la cartografía de Madrid del Siglo XIX (Madoz, 1848, Ibáñez Ibero 1874, etc.).
En la Segunda República se llevó a cabo una transformación de la zona, dirigida a ensanchar los accesos a pie y rodados a la Casa de Campo y a dar salida viaria a Madrid por el Puente del Rey y la Avenida de Portugal hacia Extremadura. Este objetivo supuso apartar la Puerta del Rey del Puente del Rey -eliminando la relación monumental entre ambos elementos- y colocarla en otra ubicación, retranqueada y distinta de la histórica, y con una disposición lineal, que nada tenía que ver con la original. Además, se adosaron a los elementos originales de la Puerta unos pilones cilíndricos provenientes de la cancela del Puente del Rey y otros elementos nuevos de fábrica de ladrillo -garitas y forjas- que tampoco tenían que ver con la Puerta primitiva.
A la hora de reordenar este ámbito, se ha partido de un riguroso estudio histórico, realizado por el Equipo Madrid-Río, que se basa en la investigación dirigida por el profesor de la Escuela de Arquitectura D. Javier Ortega, publicado por el Área de Gobierno de las Artes del Ayuntamiento de Madrid. Dicho estudio ha permitido identificar la posición histórica de la Puerta del Rey y su conformación arquitectónica original y comprender su relación monumental indisoluble con el Puente del Rey.
La intervención ha hecho posible la recuperación de estos valores históricos, volviendo a acercar la Puerta hacia el Puente del Rey, colocándola en la traza histórica de la valla de Casa de Campo y restituyendo la relación monumental perdida con la intervención de los años 30.