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En los primeros capítulos del Libro de la Vida ella misma se describe como aficionada a la lectura. Pronto cambia las novelas y libros de caballerías, que en sus propias palabras "...me dejaban tristeza y desilusión...", por los libros de devoción y espiritualidad de la biblioteca paterna.

Los Proverbios de Séneca y las obras de Juan de Mena, las Treszientas y la Coronación, son dos "buenos libros" incluidos en el inventario de 1507, realizado por su padre a la muerte de su primera mujer. Los ejemplares expuestos, del siglo XVI, están impresos en Sevilla por dos de los talleres más importantes de la ciudad, el de Juan Varela de Salamanca y el de Juan Cromberger que establecerá la primera imprenta en América. Sevilla era uno de los focos comerciales más importantes de España y de donde salía la mayor parte del comercio para América.

Son ediciones conservadoras, muy influidas por la tradición gótica, tanto en los tipos como en la decoración.