Espacios cardioprotegidos
DEA (desfibrilador externo automático)
En la actualidad, la ciudad de Madrid cuenta con columnas de rescate cardiaco en polideportivos municipales, intercambiadores y estaciones. Estos dispositivos, además de incorporar un DEA, hace una llamada automática a los servicios de emergencia. A continuación el aparato realiza una evaluación del estado de la víctima y va indicando los pasos a seguir. Sólo en caso de parada cardiaca aplica la descarga eléctrica para revertir este estado.
Además en diversos lugares públicos, que están siendo progresivamente ampliados, se encuentran instalados desfibriladores independientes.
Proyecto CARDIOMAD
Contando con el apoyo del Foro de empresas, SAMUR-Protección Civil junto con EMT tiene previsto instalar DEA en los autobuses urbanos y dar una formación a toda la plantilla de conductores de la EMT en primeras tareas de auxilio y el uso de estos dispositivos.
300.000 ciudadanos formados en técnicas RCP
SAMUR tiene como compromiso la formación a la población en RCP y desfibrilación semiautomática. En 25 años de existencia, SAMUR-Protección Civil ha formado a 300.000 personas en técnicas de reanimación cardiopulmonar.
Gracias a este esfuerzo, hoy en día un 30 por ciento de las PCR que atendemos están siendo ya asistidas por ciudadanos o primeros respondientes (policías, vigilantes...). Con ello, las posibilidades de recuperación de pulso y de estado neurológico se multiplican.
Con esta primera asistencia se completa la 'cadena de la supervivencia' que se inicia con el número único de emergencias 112 y que finaliza con el tratamiento más avanzado en el lugar del suceso por las unidades de SAMUR-Protección Civil y el adecuado traslado al centro hospitalario más próximo.
La muerte súbita cardiaca es una dolencia que provoca pérdida brusca de pulso y conocimiento y se origina por un fallo inesperado de la capacidad del corazón para bombear eficazmente sangre al organismo. Sólo puede revertirse con una descarga eléctrica entre los tres y nueve minutos siguientes al comienzo de los síntomas. Por cada minuto que pasa las posibilidades de supervivencia tras un paro cardíaco sin desfibrilador disminuyen entre un 7 y un 10%.